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Motivar no son sólo palabras bonitas

13 septiembre, 2015 by Olaia Agirre 2 Comments

Muchas veces confundimos motivar con animar. Desde la barrera, palabras bonitas que en un momento dado nos levantan el ánimo. Palabras que nos suben la moral, que son un chute de energía, que nos hacen creer un poquito más en nosotros.

¡Ánimo chavalote que tú puedes!

Ánimos que en un momento nos pueden venir bien para ese esfuerzo extra, ese plus que necesitamos dar. El aliento que necesitas antes de ver la meta de la carrera.

motivacionPero, si eso no va acompañado de nada más… y se queda en una palmadita en la espalda y en palabras bonitas… ¡es como la botella de champán que sube con fuerza, pero pierde gas a la primera de cambio!

Un «subidón», que puede generar expectativas, esperanza, de que tendrás una mano amiga, pero que puede llevarnos a un posterior «bajón» al no estar sustentado en ninguna base sólida. Sólida porque, ¿es sincero y justo el ánimo? y sólida, porque tras ese ánimo ¿hay alguien que realmente está ahí?

La motivación de verdad, tal vez no es ni tan efervescente, ni tan efusivo, ni tan espectacular, es más un trabajo de fondo que va construyendo pilares sólidos, y aunque puede tener sus altos y sus bajos (¿acaso hay algo estable, sin oscilaciones, en la vida?), se traduce en un camino de subida.

Motivar, es un proceso que construye confianza: facilito que confíes en ti mismo a partir de la confianza que deposito en ti.

Porque lo que de verdad motiva, es que crean en ti, y saber que ahí tendrás a la persona si de verdad lo necesitas. No se trata de que te resuelva la papeleta, pero sí de que estén ahí para cuando dudes y desfallezcas… ¡y antes o después siempre llega la noche oscura… aunque al amanecer vuelva a salir el sol!

Motivar es valorarme en la justa medida. Sin elogios de más,… y sin hacerme más pequeñita de lo que soy. Tengo mis luces y mis sombras, mi cara A y mi cara B, pero gracias a todo eso, soy lo que soy y tengo el potencial que tengo. Me motivas cuando eres capaz de valorar lo que puedo llegar a ser a partir de lo que ya soy.

Motivar es que te hagan sentir parte de algo más, que cuentas para alguien más. Que vales como persona, por ser. El interés genuino, el que te vean, te acepten y acojan como persona.

En definitiva, para mi, motivar es: dar o ayudar a encontrar sentido, permitir hacer, incluso permitir equivocarse y volver a intentarlo, ayudar si es necesario, dar libertad, facilitar la toma de responsabilidades, dar recursos, reconocer la valía en el otro, mostrarle e incluso animarle a asumir un reto, estar ahí si te necesita… pero un pasito atrás, permitirle crecer. Estar, pero dejando aire para que la otra persona tenga espacio para desplegar su capacidad. Permitir poder llegar a tener esa sensación de ¡lo he logrado, porque lo he intentado, me he esforzado, y he podido!

motivar, apoyar, confiar, ayudar a crecer

¿Qué te parece, lo sientes?

¿Sientes el poder de una motivación bien ejercida?

 

El efecto que el nivel de motivación tiene en nuestro bienestar, y en consecuencia, en nuestro rendimiento es indudable. Cualquiera que sea el ámbito en el que estemos hablando, pero si además tienes un equipo de personas a tu cargo, te invito a reflexionar…

¿motivas o animas?

Porque se trata, en el fondo, de valorar la capacidad de crecimiento que ofreces a las personas que te rodean. Valorar la consistencia de tu presencia, de tu saber estar, y de la forma en que estás. De valorar si estás dando o no energía, capacidad de hacer cosas, de tener iniciativa…  a los que te rodean.

Capacidad de hacer brillar a los que te rodean, y a ti en consecuencia, o de apagar su luz pensando en que en comparación, la tuya brillará más… sin darte cuenta que a medio-largo plazo, tu luz también depende del brillo de la luz de las personas que te rodean.

En definitiva, ayudar a crecer como persona. Y eso, siempre, siempre, siempre tiene su recompensa. Para la persona que recibe ese apoyo, para la persona que lo da, y para todo su entorno en general. 


Si necesitas apoyo o ayuda en cualquier iniciativa, consulta nuestros servicios,  y solicita más información a oazcoaching@gmail.com

Filed Under: Desarrollo de equipos, Desarrollo de personas y equipos, Desarrollo organizativo: estrategia y su implementación, Liderazgo

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Comments

  1. JUAN PEDRO FERNÁNDEZ OTSA says

    15 septiembre, 2015 at 08:58

    Muy bonito comentario, que nos muestra la necesidad de dar y recibir, de compartir, valorar….pero pienso que hablas de la Motivación externa, la motivación interna se construye con la ayuda de los demás, pero y que pasa si no hay espejo social?, si el entorno no es facilitador….entonces me remito a la confianza en uno mismo, sin el apego de los demás, confiando en si mismo-a, en la esencia de personas integradas en el medio, en la naturaleza, en la autoconfianza como seres como gotas del océano, sin temor a la mismidad, al silencio, y al devenir…ejemplos muchos…en la meditación, en los yoguis, en los maestros.
    El aprender a no necesitar de la palmadita de los demás es un paso a la perfección…

    Responder
    • Olaia Agirre says

      15 septiembre, 2015 at 14:01

      Totalmente de acuerdo Juan Pedro que lo ideal es no necesitar las palmaditas en la espalda, confiar en las posibilidades y valía de cada uno, y sacar de dentro el impulso y la energía necesarias para afrontar cualquier situación. Como tú dices, el camino a la perfección. La motivación intrínseca es y será, la que realmente nos lleve adelante en la vida.

      Pero no es menos cierto, que a veces necesitamos de motivación extrínseca, y que incluso en algunos puestos (y determinadas situaciones de la vida como padres, compañeros, amigos,…) hay momentos en los que nos toca aplicar una dosis de motivación. Mi reflexión se contextualiza en ese contexto, cómo generar esos espacios en los que realmente sí permites aumentar la sensación de valía del otro… permitiéndole conectar con sus propias capacidades, y por tanto, como tú bien señalabas, facilitar el desarrollo de esa motivación intrínseca.

      Un abrazo, y bienvenido a esta casa!

      Responder

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