En un entorno de cambio constante como el actual, las respuestas que hasta ahora han servido, empiezan a no ser adecuadas. Se necesita de un conjunto de competencias y habilidades, que desde la individualidad de cada uno, difícilmente podemos dar la respuesta adecuada, en el momento adecuado y de la manera adecuada.
Necesitamos de un nivel de respuesta que surge únicamente de unir las fuerzas de todos, desde la suma complementaria de nuestras diferencias. Sólo cuando somos capaces de unir estas fuerzas, no desde la competencia del tú o yo, sino desde vernos como complementarios; con visiones parciales de la realidad, pero siempre complementarias y necesarias, es sólo entonces, cuando podemos llegar a ser capaces de crear un terreno fértil para la creatividad y la generación de nuevas respuestas.
El nuevo escenario en el que nos encontramos, donde el cambio es algo cosustancial a la vida, el trabajo y los negocios, nos revela que ahora más que nunca, nos necesitamos los unos a los otros, porque es desde nuestra fuerza, valía y cooperación conjunta donde el futuro puede ser construido. Un futuro que puede contener las oportunidades que estemos dispuestos a construir entre todos.
Este es el hilo argumental de la pequeña ponencia que ayer, dentro del acto de presentación de la Memoria de Actividad anual de Oarsoaldea en el incomparable marco del Fuerte de San Marcos, tuve la oportunidad de compartir con el equipo de personas que forman la Agencia de desarrollo de Oarsoaldea (que comprende los municipios de Oiartzun, Rentería, Lezo y Pasaia de Gipuzkoa). Un organismo que trabaja como elemento conector de las diferentes piezas que conforman las personas, las empresas, los colectivos y las instituciones en esta comarca, y que tratan de impulsar el desarrollo y el bienestar social y económico de la misma. Aquí la reseña que desde Oarsoaldea han realizado del acto.
En esta presentación, que titulé como «Juntos, el camino para construir futuro» – «Elkarrekin, etorkizuna eraikitzekoa bidea», remarqué la idea de que el trabajo en equipo, el remar todos juntos, como los arraunlaris de las traineras de San Juan y San Pedro hacen desde hace décadas en esta comarca para superarse a si mismos, y alcanzar nuevos retos, temporada tras temporada, implica un camino de aprendizaje. Un aprendizaje que empieza en cada uno de nosotros, y sigue por el aprendizaje colectivo.
El aprendizaje individual, porque uno no puede empezar a trabajar en equipo hasta que decide realmente dar lo mejor de sí mismo. Ése cóctel personal de experiencias, conocimientos, habilidades y formas de ser y hacer que somos cada uno, que a veces tanto nos cuesta reconocer y valorar, y que es lo que nos hacen distintos y especiales.
Y a su vez, estar dispuesto a recibir «el cóctel» o la esencia que el compañero está dispuesto a dar, sabiendo que es distinto a mi, pero que precisamente por eso, lo tengo que reconocer y tener en cuenta. Porque su complementaridad, da luz a «mi oscuridad», y yo a su vez doy luz a «su oscuridad», y así, dándonos luz unos a otros, podemos construir un abanico de futuros posibles que van más allá de nuestras individuales y limitadas posibilidades.
Porque, efectivamente, como bien dice el refrán africano, sólo puedo avanzar, pero mi camino es posible que sea más corto…
Eskerrik asko a Oarsoaldea, y en especial a Beatriz, por darme esta oportunidad de compartir con todos vosotros. Espero que alguna semillita germine en vuestro equipo. Hacéis entre todos una labor importante como facilitadores y conectores, posibilitando futuros. Una importante función que revierte en el desarrollo y bienestar de muchas personas en la comarca. Urte askotarako!
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