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El poder de poner nombre a lo que nos pasa

2 diciembre, 2023 by Olaia Agirre Leave a Comment

A veces vamos cargando a nuestras espaldas el peso de muchas cosas. Cosas que nos corresponden y otras que nos agarramos aun no siendo del todo nuestras. Y vamos tirando, porque para eso valemos para un roto y un descosido 😉

Pero ese peso cada vez se nos hace más pesado y se convierte en bola en el estómago y un nubarrón en nuestra cabeza. Pero incluso entonces, vamos tirando, haciendo lo que podemos con «lo que tenemos»…

Son sensaciones que hablan de algo que no fluye como debiera, de una descompensación en el dar y el recibir, un exceso de esfuerzo continuado (y no sostenible) en el tiempo, un sentir que no llegamos a las expectativas (normalmente muy poco realistas), objetivos difusos o directamente perdidos en algún punto del camino, algo en el entorno que dice una cosa y hace otra

,… ¡tantas cosas mezcladas! Partes de objetividad aliñadas con una dosis de subjetividad y mirada parcial.

La incapacidad de nombrar todo eso que nos pasa puede bloquearnos y restar efectividad en nuestras acciones. Por ello, pararnos y poder nombrar eso que nos pasa tiene un efecto liberador y nos orienta hacia la acción, hacia la resolución del problema.

Pero ese malestar no es otra que la forma que nuestra consciencia, nuestro ser, nos habla. A falta de un teléfono al que llamar de manera insistente o un mail, utiliza el sistema más infalible que existe: las sensaciones y emociones desagradables (mal llamadas negativas), que ejecutan brillantementesu rol. Dar la señal de alerta:

¿Qué es ese malestar que te acompaña?¿Cuál el mensaje que trae para ti?¿Qué es lo no nombrado, eso a lo que no le estás poniendo nombre?¿Le has prestado atención?

Y aumentar el volumen (mayor sensación de malestar) si es que nos estamos haciendo los locos y no nos queremos dar por enterados.

¿Cómo solemos reaccionar ante esa incomodidad?

Muchas veces haciendo. ¿Qué? No sé, haciendo… porque, cuando hacemos tenemos la falsa sensación (o nos queremos creer eso) de ser efectivos. Pero, ¿no te ha pasado nunca que llegas al día siguiente y te das cuenta que lo que habías estado haciendo el día anterior – cuando tenías ese nubarrón encima- no vale un pimiento? A mí sí. Y a muchas de las personas con las que trabajo también les pasa.

#Idea:
📌La ansiedad quiere moverse, hacer
📌Lo importante y lo urgente requieren efectividad, por tanto, serenidad y claridad (la suficiente)

Pero muchas veces hay otro ciclo que se da en paralelo a este oleaje emocional que luce hiperactivo, y es esa marea de fondo que se crea como consecuencia del peso de ese nubarrón. Y es que poco a poco nos lleva a ir ralentizándonos, como una especie de congelamiento emocional, que nos lleva a la parálisis.

Esa indecisión y ese ni p´alante ni p´atrás, ese dejarlo para otro momento para no hincarle el diente, esae análisis por parálisis que tanto vemos en nuestros entornos empresariales… ¡y que tantos estragos causa (más cuanto más alta tu responsabilidad) en la persona, pero sobre todo en el entorno!

¿Y cómo salir de ahí?

Antes de nada, poniendo nombre.

  • Nombre a esa sensación y la emoción derivada de la misma
  • Poniendo nombre a lo que está pasando que no nos gusta
  • Poniendo nombre a eso que no está pasando y que «debiera pasar»
  • Poniendo nombre a lo que estoy haciendo
  • Poniendo nombre a lo que otros están haciendo
  • …

Porque poner nombre hace que la masa se convierta en elementos más o menos gestionables. En euskera decimos «izenak izana ematen du», porque aunque no por no ser nombrado deja de existir, dar nombre le da identidad y por tanto es identificable y gestionable (aunque sólo sea para aceptar lo que no nos gusta pero no podemos cambiar)..

Muchas veces no es necesario (ni posible) poner nombre a todo, pero si empezamos a distinguir algunas partes de ese nubarrón y tirar del hilo, conseguimos dos cosas:

  • salir del epicentro de la tormenta, y aunque no hayamos resuelto nada, haber resuelto mucho por habernos puesto en dirección a una posible solución
  • empezar el camino hacia entender lo suficiente como para generar nuevos contextos o soluciones.

Dejo aquí una reflexión en formato feedback que me hizo una persona, sobre la importancia de poner nombre:

«Es curioso porque en tus palabras me reconozco y veo todo lo que nos pasa en el día a día. En realidad todo lo que planteas es de sentido común y no parece nada nuevo para cualquiera que esté en el día a día de la empresa.

Pero ser capaces de poner nombre a todas esas cosas que en el mismo tiempo están pasando y preguntarme ¿y cómo es que no hacemos esto u otro? ¿cómo es que complicamos todo de esta manera? ha sido importante para mí.

Ahora entiendo mucho más lo que está pasando a mi alrededor y dentro de mí, los diferentes intereses y posiciones, las diferentes reacciones.

Mis propias acciones las veo de manera diferente, incluso estoy siendo capaz de gestionar de manera más reflexiva, más estratégica. En el buen sentido. Y me he dado cuenta que consigo mejores resultados.

Por lo tanto, aunque parece que me contradigo, quiero decir que sí que hay mucho nuevo.»

¿Te has sentido alguna vez así?¿Cómo reaccionar a la llamada de esa voz de la consciencia? ¿Cómo gestionas esas emociones desagradables?

Foto portada de Clarissa Watson en Unsplash

¿Qué es ese malestar que te acompaña?¿Cuál el mensaje que trae para ti?¿Qué es lo no nombrado, eso a lo que no le estás poniendo nombre?¿Le has prestado atención?

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Toma de decisiones en entornos complejos

15 septiembre, 2023 by Olaia Agirre Leave a Comment

La toma de decisiones es a la empresa y los proyectos lo que el aparato circulatoria al cuerpo. No se puede avanzar sin tomar decisiones, y la calidad de las mismas determinará su longevidad y calidad de vida.

Decisiones que más que un acto, son un proceso. Un proceso que requieren de un análisis. ¡Cuidado aplicar buenas soluciones al “problema equivocado!”

Un análisis que si además estamos en entornos complejos, en los que la gestión del conocimiento es la principal materia prima,  requiere muchas veces de compartir miradas distintas que aportan información cualificada y de valor y trabajo a partir de la misma . Conversaciones de calidad que van de la mano de la escucha, la mirada crítica y la construcción colectiva que se antoja necesaria antes de llegar a decidir (como acto final previa a la implementación) en base a criterios clave que nos acerquen al objetivo.

Decirlo es fácil, llevarlo a la práctica no tanto, e implica tener en cuenta y gestionar variables técnicas y sociales: somos personas tomando decisiones técnicas (y no técnicas). ¿Se puede aprender y entrenar?

¡Por supuesto! Y no es que se pueda, sino que es necesario entrenar ese poderoso músculo. Máxime si tenemos en cuenta que en entornos complejos la creación de culturas que fomentan el aprendizaje es tan necesario como el aire que respiramos.

La toma de decisiones es a la empresa y los proyectos lo que el aparato circulatoria al cuerpo. No se puede avanzar sin tomar decisiones, y la calidad de las mismas determinará su longevidad y calidad de vida. 

En entornos complejos, crear sistemas y procesos de

Pero algunas ideas en relación a la toma de decisiones en entornos complejos…

  • al no decidir también estamos decidiendo… que si ha de ser así, al menos seamos conscientes de esto… ¡y de las consecuencias!

  • la parálisis por análisis o la no toma de decisiones se suele interpretar con liderazgos débiles y sus efectos se perciben rápidamente en los miembros del equipo. Falta de foco, sensación de “andar como polllo sin cabeza” y apagando fuegos… generan falta de compromiso (también en aquellos que eran comprometidos por naturaleza) como pura defensa y protección ante el dolor y frustración que pelearse ante la inmovilidad supone…

  • la decisión no es un acto único, sino un proceso. Un proceso con fases… (sí, ya lo había dicho, pero es que ¡todo cambia tanto cuando lo vivimos de esa manera!). Si no estamos preparados para tomar la decisión revisa el proceso

  • más importante que quién decide (en base a capacidad y delegación en toma de decisiones… no es mi intención cuestionar nada aquí…), es cómo se decide, es decir, el proceso que se ha seguido para la toma de decisiones

  • tan malo es eludir y no plantear la decisión que toca poner encima de la mesa como plantearla cuando no procede o invitando a quien no procede

  • no ser claros y dar a entender que participamos en la toma de decisiones cuando en realidad sólo se nos está consultando o invitando a aportar ideas, tiene un efecto nefasto en la confianza del equipo. Más si luego se toman decisiones en base a otros criterios o teniendo otras informaciones (seguramente oportunos).

    Seamos claros, y una vez tomada la decisión comuniquémosla. Si es una decisión diferente, ¿qué tal si compartimos el criterio y las causas que sustentan esa decisión? Mi experiencia me dice que las personas somos suficientemente inteligentes y gestionamos la frustración (si existe) bien cuando nos ayudan a entenderlo, o aun no compartiendo la decisión vemos una voluntad de transparencia. Lo que no perdonamos es la falta de consideración que implica la callada por respuesta…. y cuidado con las interpretaciones y los huecos que llenamos con nuestra imaginación. ¡Las películas que nos podemos llegar a montar en la cabeza!! y sus efectos a futuro 😱

Un tema fascinante, relevante y que debería ser fuente de reflexión permanente:

  • ¿Cómo son nuestros procesos de decisión?
  • ¿Cómo lo estamos haciendo?
  • ¿Cómo podríamos mejorar?
La toma de decisiones es a la empresa y los proyectos lo que el aparato circulatoria al cuerpo. No se puede avanzar sin tomar decisiones, y la calidad de las mismas determinará su longevidad y calidad de vida. 

En entornos complejos, crear sistemas y procesos de

Continuará….

Nota: las fotos corresponden a una sesión de entrenamiento y trabajo sobre situaciones reales en la gestión de proyectos de innovación y desarrollo.

La toma de decisiones es a la empresa y los proyectos lo que el aparato circulatoria al cuerpo. No se puede avanzar sin tomar decisiones, y la calidad de las mismas determinará su longevidad y calidad de vida. 

En entornos complejos, crear sistemas y procesos de

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Diálogo interior y autosabotaje

6 septiembre, 2023 by Olaia Agirre Leave a Comment

Diálogo interno y autosabotaje -
 Un discípulo acudió a su maestro para hablarle sobre algo que le causaba gran tormento
-Maestro, necesito ayuda.
-Te escucho.
-Tengo en mi interior dos pensamientos contrapuestos. Uno me dice que puedo conseguir mis metas, que tengo la capacidad y los recursos en mi interior, y que tenga fe en mí mismo. El otro, por el contrario, me dice que no lo conseguiré, que nos soy suficientemente bueno para ello y me habla de las limitaciones. Son como dos lobos, fieros y poderosos, que luchan entre sí. Y me siento agotado con esta batalla interna que estoy librando.
-Entiendo. ¿Y cuál es tu pregunta?
-Tú tienes mucha experiencia, y seguro que habrás pasado por situaciones parecidas. Quiero saber qué pasará al final. ¿Qué lobo ganará la lucha?
-Ganará el lobo que alimentes.

El modo en que nos hablamos a nosotros mismos nos define. Lo que nos decimos a nosotros mismos nos define. Esa charla cotidiana, el diálogo interior que tenemos con nosotros mismos, que pueden darse como visualizaciones (imágenes mentales) o verbalizaciones (con palabras) y que surgen de manera espontánea, de manera consciente o no, regula nuestro estado del ánimo, niveles de estrés o ansiedad e incluso nuestra capacidad resolutiva.

Este diálogo interior puede actuar como impulsor y activarnos, contribuyendo a nuestro bienestar y autosuperación, o desgastarnos y llevarnos a estados muy debilitantes y perjudiciales.

No es lo mismo hablarnos con respeto y recordarnos nuestra capacidad, nuestra propia valía, que nosotros podemos,… o hablarnos con desprecio, cuestionándonos nuestro potencial y recordándonos que somos menos que los demás.

¿Recuerdas el angelito y el demonio en los hombros de los dibujos animados? Pues eso.

La calidad de ese diálogo interior marca una grandísima diferencia, y sí, normalmente nos hablamos muy mal a nosotros mismos, somos muchas veces nuestros peores enemigos, y nos hablamos como no hablaríamos, ni permitiríamos que les hablaran, a nuestros amigos.

Por eso, hoy me voy a detener en esos saboteadores…

El por qué del autosaboteador

Los saboteadores se presentan en forma de “diálogos internos” autogenerados como mecanismo de defensa. Las intenciones de esas voces, en principio, son positivas porque buscan obtener la aceptación de las primeras relaciones, fundamentales cuando somos pequeños (aunque no sólo entonces) , y protegernos frente a los retos que generan las relaciones con los demás.

Cada uno, en función de su propia historia personal y familiar, de su contexto y circunstancias, genera sus propios mecanismos de funcionamiento, sus propios mecanismos de búsqueda de seguridad, de aceptación, o sensación de autosuficiencia. Mecanismos que tienen largos tentáculos y que de manera más o menos clara tiñen nuestra forma de ser, estar, sentir y actuar.

Mecanismos que, como todo en esta vida, llevado al extremo puede suponer un muro que sentimos casi infranqueable… Mecanismos que tienen la virtud de aparecer en los momentos críticos, y como en la metáfora inicial, si les damos cabida, les creemos y les damos el volante, pueden llevar a bloquearnos, a avanzar con el freno de mano… de autosabotearnos.

Tipos de autosaboteadores

Como he dicho antes, creo que cada uno tenemos nuestro único y genuino saboteador dentro. Hecho a nuestra imagen y semejanza… y sabe perfectamente cómo dominarnos. ¡Que eche la primera piedra quien esté libre de pecado!

Pero como identificarlo es el primer paso para hacernos cargo y poder hacer algo con ello, y aunque no soy muy amiga de encasillar o tipificar, pero no es menos cierto que nos ayudan a que esa idea difusa se clarifique ante nosotros, voy a dejarte por aquí esta clasificación basada en el trabajo de Shirzad Chamine (al final del post podrás ver un video suyo explicando estos autosaboteadores).

Yo en mi misma, y a lo largo de todos estos años, en las personas con las que trabajo, me he ido encontrando con estos saboteadores, que trabajan de manera sibilina, esperan su turno y atacan cuando bajamos la guardia…. 😉

Te invito a que lo leas y reflexiones cuál de estos comportamientos te resultan más familiares:

1. El Juez: ( The Judge)

Se dice que es el master de los saboteadores. “Piensa mal, y acertarás”… así que para protegerse de una posible decepción, se centra en la búsqueda de errores en sí mismo, en otros, en las circunstancias,… Aparentemente disfruta descubriendo los fallos y tiene especial habilidad para hacerlo, pero causa mucha ansiedad, enojo y negatividad en su entorno.

2. El Hiper Trinufador (Hyper-achiever)

Necesita estar logrando cosas para su autovalidación, por lo que busca desempeños y consecuciones constantes. Busca demostrar a todos que puede con todo y demostrárselo a sí mismo para sentirse bien, pero cuidado, porque puede asumir retos/riesgos sin valorar sus límites. Le resulta casi imposible el aceptar su vulnerabilidad, y antepondrá los logros (puede ser “workaholic”) en detrimento de las relaciones (tendencia a poco contacto emocional), del balance y de la perspectiva.

3. El Controlador (Controller)

Tiene mucha energía y necesita estar al mando, tener el control de la situación y dirigir las acciones de los demás de acuerdo a su voluntad. Gran peligro de caer en la microgestión, su confort es sentir que tiene todo controlado.  Hay que contar con él para todo, lo cual le convierte en el principal “cuello de botella”, lentitud y la percepción de falta de confianza. La delegación para él prácticamente no existe o se hace muy difícil. Conecta con otros por medio de la competencia, los retos o conflictos, en lugar de las emociones.

4. El Perfeccionista (The Stickler)

Es puntual y metódico. Se presiona a sí mismo y a los demás con una necesidad de perfección, orden y organización llevada al máximo que produce ineficiencia y además insatisfacción. Nunca es suficiente. Puede ser irritable, tenso y sarcástico y muy crítico consigomismo y con los demás.

5. El Inquieto (Restless)

Constantemente buscando la adrenalina y mantenerse ocupado, rara vez está satisfecho con su situación actual,… de hecho, no es capaz de disfrutar del ahora… y vive más en el futuro que en el presente, convirtiendo su presente en la siguiente actividad o negocio. A todo le mete velocidad y prisa… aunque no haya nada objetivo que reclame esa urgencia. Pero cuidado, porque como saboteador, nos lleva a generar caos en esa huida hacia delante de “pollo sin cabeza”

6. El Hiper Vigilante (The hyper-vigilant)

Siempre ansioso, en estado de alerta, con dudas acerca de sí mismo y los demás. Atento en extremo a señales de peligro. Desconfiando de lo que sucede alrededor, de un futuro mejor, de conseguir justicia o cualquier otro propósito vital. Está a la defensiva para esperar lo peor … y defenderse. Su anhelo… el control del control del control…Está claro que confía poco en los demás y seguramente poco en sí mismo.

7. El evitador o el huidizo (The Avoider)

Evita conflictos y dice sí aunque no quiera hacer algo. Le resta importancia a los problemas reales, evita o aplaza indefinidamente tomar decisiones importantes, evita pronunciarse o que seu voz se escuche, prefiere pasar desapercibido… Puede crearse “un mundo de color de rosa”, irreal a su alrededor,… simplemente por no enfrentarse a situaciones que le aterran. Tiene resistencia pasivo-agresiva, en lugar de ser directo.

8. La víctima (The Victim)

El mundo se ha colocado en su contra. Todo lo malo le pasa a él o ella. Es el “quejica” por naturaleza. Constamente pone su atención en emociones dolorosas y depresivas… generando en su entorno una energía muy negativa. Todo está mal, pero rara vez hay ninguna propuesta de mejora o solución real. Si es criticado o mal entendido, tiene a retirarse, resentirse o enojarse. Puede ser muy dramático o temperamental.

9. El complaciente (The Pleaser)

Tiene una alta necesidad de ser aceptado por los demás y busca rescatar, ayudar o halagar a otros… esperando caer bien. Necesita que le reafirmen el afecto. No puede negarse a las peticiones de otros, se siente culpable, y con frecuencia se olvida de sí mismo y de sus propias necesidades. Como consecuencia, tiene serios problemas con los límites, el autorespeto y el pedir respeto.

10. El Hiper Racional (The hyper-rational)

Tiene una intensa actividad mental, todo pasa por el filtro de lo racional, de la lógica, incluso las relaciones y las interacciones con otras personas. Puede parecer arrogante y frío. Tiene un argumento racional para todo lo que sucede. No permite que la gente conozca sus sentimientos, incluso puede llegar a estar muy desconectados de ellos. Prefiere analizar, los sentimientos son distractores e irrelevantes.

Y tras identificar mi autosaboteador, ¿ahora qué?

¿Reconoces alguno? Puede ser que sea uno o varios, que identifiques que en según el tipo de circunstancia aparece uno u otro de visita…. O puede que a partir de esta clasificación identifiques tú mismo “tu propio autosaboteador”.

Ni los nombres ni la clasificación es lo más importante, sino que empieces a darte cuenta cuál tu talón de aquiles. Qué tipo de voz, en que forma, de qué manera te habla, te aborda y te engatusa.

  • ¿Cuál es tu mayor miedo en esa situación?
  • ¿Qué es lo peor que podría ocurrir?
  • ¿Qué es lo que estás tratando de evitar?
  • ¿Qué estás tratando de proteger?

Porque recuerda que la intención que ha provocado este mecanismo de sabotaje es positiva. Hay una necesidad real detrás.

  • ¿Cuánto de real es el riesgo de que esa necesidad no se cubra?
  • ¿De qué otras maneras podríamos cubrirla?

Porque sí, evitar posibles problemas y anticiparnos en la medida de lo posible, claro que es deseable. Y una necesidad que todos tenemos. Pero que tengas que controlar y decidir todo, saber todo,… ¿no genera a su vez más problemas?¿de qué otra manera podemos gestionar esa necesidad?

Pero como el camino se inicia con un primer paso, te invito que a estés atento, te observes y busque qué saboteador y en qué momentos aparece.

Es posible que primero te des cuenta cuando ya ha saltado… incluso cuando ya haya hecho de las suyas. Luego te darás cuenta en el durante… cada vez antes… y podrás empezar, a partir de esa identificación, a desarmarlo.

Porque darnos cuenta, tomar consciencia de lo que hay, es el primer paso para hacernos cargo y poder hacer algo diferente. Seguiremos hablando, y mucho,…

Antes de despedirme y desearte un estupendo día, te dejo por aquí un video que espero que te ayude a ampliar algunas de las ideas que por aquí he lanzado.

Espero que te haya sido de interés,

El modo en que nos hablamos a nosotros mismos nos define. Este diálogo interior puede actuar como impulsor y activarnos, contribuyendo a nuestro bienestar y autosuperación, o desgastarnos y llevarnos a estados muy debilitantes y perjudiciales.

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Cómo empezar a ordenar el caos mental cuando nos sentimos abrumados o paralizados por el ruido en nuestra cabeza

27 febrero, 2023 by Olaia Agirre Leave a Comment

A veces tenemos la cabeza a mil por hora. Un ruido que nos lleva a hacer ¿qué? no sé pero hacer para que ese ruido pare. Un hacer poco (o nada) productivo que nos hace ir como pollo sin cabeza.

Otras veces simplemente nos abruma y paraliza… y no somos capaces de hacer nada… la no decisión, la no acción nos envuelve.

Y hay surge la pregunta del millón…

¿Cómo empezar a ordenar el caos mental y dar un paso adelante, incluso cuando nos sentimos abrumados y paralizados por el ruido en nuestra cabeza?

Pues en esos momentos, más que nunca, toca tomar ACCIÓN CONSCIENTE. ¿Qué es eso?

Empieza por algo pequeño que puedas empezar y terminar, algo que dependa de ti, y céntrate en desarrollar sólo esa acción. No seas ambicioso, el objetivo es culminar la tarea (la que sea).

Un objetivo sencillo con un importante propósito: que te lleve a un lugar emocional distinto, de control y logro, aunque sea pequeño, aunque tenga poco impacto fuera… y te ayude a empezar a poner orden en ese caos mental.

El logro y la satisfacción (o la menor insatisfacción 😉) es interior. Es la superación de los límites que uno mismo tiene consigo mismo… aquí y ahora.

Y por supuesto, cuando el ruido sea más leve, más asumible, para y ordena: ¿cuál es el elemento más importante que se esconde bajo ese ruido? ¿qué es lo que reclama ser atendido y grita en modo desorden y ruido mental? (Este post te puede dar una pista) Analiza, toma consciencia, toma decisiones y llévalo a la acción. Porque hasta que esa necesidad (la que estaba escondida) sea atendida… el ruido amenaza con volver.

¿Qué estrategias usas cuando tienes esa maraña de ideas y emociones anudadas en la cabeza?

Acción consciente: ¿Cómo empezar a ordenar el caos mental y dar un paso adelante, incluso cuando nos sentimos abrumados y paralizados por el ruido en nuestra cabeza?

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Construyendo juntos: la importancia de las conversaciones de calidad en la comprensión y el diálogo crítico y constructivo

2 febrero, 2023 by Olaia Agirre Leave a Comment

La calidad en las conversaciones es clave para alcanzar buenas decisiones y lograr avances. Este mantra me acompaña desde hace años, y por ello investigo y aplico tanto en en mis reuniones como en las dinámicas y herramientas que propongo a los equipos a los que formo y/o acompaño. La curiosidad, inquietud y deseo de mejorar, es el motor que me mueve, y la razón de ser de mi empresa.

Hoy quiero compartir una reflexión y una herramienta para mejorar esas conversaciones de análisis que preceden a la toma de decisiones. Esas en las que en demasiadas ocasiones caemos en los siguientes errores:

1. Saltar demasiado rápido a la búsqueda de soluciones:

Un avance muchas veces en falso… sin tiempo a profundizar, saltamos a la generación de opciones o de soluciones. Consecuencia: conversaciones infructuosas, donde hablamos desde posiciones más o menos alejadas, debido a que nuestras perspectivas y conocimiento acerca de una situación pueden ser distintas, pero sin saber que son alejadas.

El cerebro tiende a llenar vacíos y a buscar respuestas a lo desconocido con lo que creemos que es «conocido» basado en nuestras experiencias pasadas. Sin embargo, esto puede resultar en una falta de objetividad y una tendencia a ocultar o ignorar lo que consideramos «básico» o «dado por hecho». La falta de información y comunicación adecuada abre la puerta a la imaginación.

Por otra parte, a menudo callamos más de lo que expresamos, tenemos muchas creencias interiorizadas que consideramos «evidentes» e «irrefutables», y las pasamos por alto, generando vacíos en la comunicación. Esto da lugar a una falta de información y a la imaginación para llenar esos huecos.

2. Búsqueda de «tener la razón» y tendencia a cerrarnos a nuevas ideas

Dado que estamos más entrenados en la competencia que en la cooperación, muchas veces de manera inconsciente, nos centramos en la búsqueda de «tener la razón» y una tendencia a cerrarnos a nuevas ideas, a escuchar sólo aquello que confirma lo que conocemos.

Una tendencia contraria a la que requiere la cooperación: la curiosidad. La curiosidad que implica estar abierto a escuchar, dejarnos permear, dejar de lado ideas, y desaprender para seguir aprendiendo, por lo que insistimos en nuestra visión y nos cerramos a otras ideas.

También puede llevar a evitar el debate intelectual y la confrontación de ideas, optando por llegar a un acuerdo a cualquier costo en lugar de buscar una comprensión profunda y una búsqueda constante por la excelencia.

DILEMA: ENTENDER Y NO CONVENCER

Suena bien Olaia, pero, ¿cómo acercarnos a ese espacio de comprensión mutua?

Busco aproximarme a los desafíos, tensiones y dilemas que surgen en las relaciones humanas y en los equipos desde dos perspectivas: la tarea y los procesos, y la persona, sus paradigmas, emociones y dinámicas relacionales. Ambos aspectos son igual de importantes para alcanzar un equilibrio entre la cabeza, las emociones y las acciones.

Por ello, partiendo de la necesidad de fomentar el intercambio y la suma de perspectivas a través de una escucha profunda, una apertura mental y un espíritu crítico constructivo (aquí encontrarás ideas de interés en relación a esto), te propongo seguir el método propuesto por Shiffman y Basset, las 4 preguntas clave nos permiten profundizar en la construcción de cada relato y entender «nuestra verdad» de una manera más integral y efectiva.

Un método creado para el análisis y debate constructivo para sus estudiantes de historia y estudios sociales, pero que considero totalmente válido para la mayoría de las conversaciones que mantenemos en las empresas, donde lo técnico y la complejidad humana en interacción con lo técnico se entrelazan.

Un método, el de las 4 preguntas, que propone desarrollar la conversación en torno a 4 preguntas clave para evitar caer en la trampa de tratar de imponer nuestra opinión y, en cambio, fomentar la búsqueda de una mayor comprensión mutua.

Construyendo juntos: la importancia de las conversaciones de calidad en la comprensión y el diálogo crítico y constructivo

Un proceso de conversación generativa es esencial para abordar los retos y tensiones que subyacen en los retos que abordamos en los equipos y las empresas. Para lograr una comprensión profunda, es fundamental la escucha y mostrar empatía con el otro, pero también ir desgranando las diferentes capas que incorporan las narrativas de nuestra realidad, "las películas que nos montamos en la cabeza".
 
Sólo así, con un espíritu crítico y constructivo, podremos integrar y construir conjuntamente, aportando soluciones innovadoras y contribuyendo al crecimiento del equipo y la empresa. La calidad de la conversación, es la base sólida de estos resultados, la que nos permite entender, tomar decisiones y avanzar de manera efectiva.

Narración: ¿Qué sucedió? 

La narración es la habilidad clave de las historias. A partir de la habilidad de descubrir algo nuevo y destacable en el mundo (un hecho), buscamos narrar una historia coherente sobre cómo llegó a ser relevante.

Interpretación: ¿Qué estaban pensando? 

Narramos la historia a través de las acciones y pensamientos de las personas. Por ello, esta segunda pregunta requiere comprender las motivaciones y perspectivas de los principales actores de la historia. Esa capacidad implica interpretar fuentes originales y otros indicios para percibir a las personas que forjaron la historia desde su propia óptica. Llamamos a este entendimiento “empatía histórica”.

Explicación: ¿Por qué entonces y allí? 

Las personas en nuestra historia están inmersos en un contexto específico. La tercera pregunta nos solicita que evaluemos los factores fundamentales que contribuyeron a la ocurrencia de la historia, en qué momento y lugar sucedió. Esta habilidad requiere hacer comparaciones e identificar patrones, usando categorías comunes de las ciencias sociales como “económico” o “político”. Aprendemos a “explicar un cambio con un cambio y una diferencia con una diferencia”.

Discernimiento: ¿Qué opinamos al respecto? 

Tras responder las tres primeras preguntas, estamos preparados para formular una evaluación objetiva, o con al menos un juicio responsable sobre los participantes en la historia y la historia misma. ¿Qué aspectos de esta historia nos parecen admirables? ¿Qué creemos que es vergonzoso? ¿Qué lecciones nos ofrece la historia en la actualidad? ¿Cómo nos ayuda a identificar y expresar nuestros propios principios y valores?

En conclusión, un proceso de conversación generativa es esencial para abordar los retos y tensiones que subyacen en los retos que abordamos en los equipos y las empresas. Para lograr una comprensión profunda, es fundamental la escucha y mostrar empatía con el otro, pero también ir desgranando las diferentes capas que incorporan las narrativas de nuestra realidad, «las películas que nos montamos en la cabeza».

Sólo así, con un espíritu crítico y constructivo, podremos integrar y construir conjuntamente, aportando soluciones innovadoras y contribuyendo al crecimiento del equipo y la empresa. La calidad de la conversación, es la base sólida de estos resultados, la que nos permite entender, tomar decisiones y avanzar de manera efectiva.

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