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Liderazgo en tiempos de coronavirus

2 junio, 2020 by Olaia Agirre Leave a Comment

liderazgo y coronavirusEl coronavirus llegó dando un portazo, entrando sin pedir permiso y arrasó. Un auténtico tsunami sanitario, económico y social. Una de las pocas certezas (si es que queda alguna) en estos momentos es que ha zarandeado todo lo que dábamos por cierto, y nos ha puesto a TODOS, absolutamente a todos contra las cuerdas. Lo mejor y lo peor de cada uno, del sistema ha salido, ha aflorado. Se ha visto claramente dónde había músculo y dónde se había contruido con cartón-piedra.

Una situación nueva, desconocida, que nos ha puesto a prueba, y habiéndolo podido vivir mejor o peor, lo que está claro, es que a nadie ha dejado indiferente.

Por supuesto, el 100% de los planes de gestión o planes de acción que habíamos hecho a primeros de año (Los viejos sueños eran buenos sueños. No se cumplieron, pero me alegro de haberlos tenido.- Clint Eastwood) han saltado por los aires. El contexto ha cambiado, y toca responder de otra manera.

¿Cómo?

Habrá que ir viendo, pongamos en cuarentena las recetas mágicas (también lo que yo estoy escribiendo aquí), pero desde luego, no actuemos de la manera que teníamos previsto («No hay nada más peligroso que hacer con gran eficiencia algo que no debería haberse hecho en absoluto» – Peter Drucker). El entorno, lo queramos o no, no puede ser más distinto, y ¡qué peligroso es aferrarnos al medio – los planes, que nos aportan una falsa sensación de seguridad- perdiendo de vista el objetivo!!!!

Pero la vida sigue, las personas que estáis al frente de una empresa y/o de un equipo, necesitáis dar respuesta.  Toca reaccionar si no lo has hecho ya… el tiempo de lamentarse pasó…

¿Y ahora qué?
¿Cómo se lidera esto?
Es que todo está muy raro…
¿Y cómo me muestro ante mi equipo?
¿Cómo ser creible y dar cierta seguridad – que es lo que me piden-
si por dentro estoy como un flan -por no decir muerto de miedo-?
¿Cómo entender algunas reacciones «extrañas, fuera de lugar, conflictivas»…
y cómo responder ante ellas?
¿Cómo enfocarnos hacia adelante y no perdernos en el fango de la incertidumbre y el pesimismo?

Estas algunas de las inquietudes que he escuchado en confianza, donde se muestran sin necesidad de parecer seguros y fuertes – aunque lo son mucho más de lo que ell@s mism@s creen- estos meses. Meses en los que en sesiones on line (esto también ha sido nuevo… no una primera vez estricta…. pero sí en los niveles y la calidad con lo que nos ha permitido seguir con las sesiones) tras permitir que afloren la ansiedad y los miedos, ponerles nombre y relativizarlos (pocas cosas tan poderosas como normalizar lo que es normal… y el miedo ahora mismo es normal… ¡lo patológico sería lo contrario!)… hemos ido deshaciendo la madeja.

liderazgo y coronavirus

Por supuesto que no lo hemos conseguido deshacer por completo, ni lo hemos pretendido…. de hecho todavía estamos (a la vista de la situación a nivel mundial) en mitad (siendo optimista) del nudo grande… y por tanto, el objetivo que nos hemos puesto es el siguiente paso. Todo lo que planifiquemos más allá de la siguiente curva será sacar la bola de cristal… aunque lo adornemos de sesudos datos y análisis. Ir dando pasos para ver qué más datos nos aporta el entorno (no hay nada como moverse para que todo reaccione a tu alrededor) y ver si el camino va emergiendo (Caminante no hay camino, se hace camino al andar – Antonio Machado).

Algunas «buenas prácticas observadas» de liderazgo en tiempos de coronavirus

¿Y entonces qué? ¿Cómo? A continuación te presento algunas «buenas prácticas» que he podido observar en aquellos que lo están haciendo bien… ¡muy bien! Por supuesto, no es la lista de las soluciones mágicas pero tal vez te pueda inspirar y ayudarte a encontrar TU respuesta (no hay solución que pueda ser extrapolable al 100%, lo siento, no funciona así…)

  • Decisión 1ª a tomar:  el propósito u objetivo último en esta fase es avanzar y salir de esta situación de parálisis – ansiedad (para algunos es supervivencia, para otros «mantenerse» en una posición similar al anterior, para los más afortunados, aprovechar oportunidades que se les presenta en el mercado e incluso crecer), porque la empresa/proyecto/equipo merecía la pena y el no pelear no es una posibilidad.
  • Decisión 2ª a tomar: decidir ser parte de la solución = protagonista activo de todo esto…. y por tanto decido hacer lo que toca hacer… aun sabiendo que no siempre será fácil… pero estoy dentro y decido remar a favor. Lo contrario, tampoco será una opción para mi.

Muchas veces damos por obvias estas dos decisiones, pero para mi son el punto de partida… y si avanzamos sin dedicarles un minutito de reflexión (o más si aflora alguna duda-miedo) puede que avancemos en falso… y antes o después saldrá el monstruo de debajo de la alfombra… y tiene el don de la oportunidad: aflorará en el momento crítico y más inoportuno… ¡te lo garantizo!

  • Ahora más que nunca, es el momento del LIDERAZGO en mayúsculas y desplegar humanidad + profesionalidad. Un tandem bien avenido y que tan buenos resultados da. Un tamdem que aumenta el nivel de exigencia y el nivel de desempeño de una manera sostenible y saludable. Un tandem que obliga a desplegar y entrenar las competencias que posibilitan la transformación de las personas, los equipo y los negocios.
  • Toca tener espacios-personas de confianza y/o la capacidad de poder pensar, poner foco y orden a la cabeza, dar un espacio a las propias emociones, y posibilitar actuar y dar respuestas razonablemente coherentes. Entendiendo que coherente no significa que no podamos cambiar de opinión (bienvenidos sean tantas correcciones de rumbo como sean posibles, ¡no sea que nos perdamos en la oscuridad de las tinieblas por no querer cambiar, con naturalidad, el rumbo ante nueva información y/o elementos que aparezcan en el horizonte). Y entendiendo, que si yo mism@ no me siento razonablemente equilibrad@ y razonablemente segur@ del lugar desde donde debo actuar, en el directo, tengo grandes probabilidades de actuar secuestrad@ por las emociones de inseguridad o ansiedad que puedo sentir…. ( Lo que haces habla tan alto, que no puedo oír lo que dices – Ralph Waldo Emerson).
  • Es el momento de poner pocos objetivos, pero muy claros (¡FOCO!!!!) y que estos sean conocidos y compartidos por toda la empresa. ¿Cuál es ahora mismo la prioridad cero para nosotros???¿Y la 1? No es el momento de mucho más… que nos despistamos.
  • Toca estar muy cerca de los clientes. No como un vendedor a puerta fría, para venderle tu libro, sí para conocer cómo están, generar conversaciones de verdad… y si procede, pensar conjuntamente sobre cómo podéis apoyaros mutuamente en esta situación. ¡Han salido cosas muy chulas de conversaciones muy potentes, de las de verdad!
  • Toca utilizar la información de toda la información que llega del exterior a la empresa: y no son sólo los comerciales, también compras, el técnico que habla con el técnico de la otra empresa,… por lo que habilitar los cauces (nota mental: no hay mejor cauce que ir a preguntar… sin esperar a que por iniciativa propia vengan ellos) para ello. Esa información será la que nos ayude a tomar algunas decisiones, con un riesgo menor.
  • Toca dar confianza a las personas de la empresa… no diciendo no pasa nada, y yo tengo todas las respuestas. Sí estando a su lado, muy presente y accesible, preguntando y queriendo saber cómo están y qué necesitan, también diciéndoles claramente qué necesitamos de ellos, cómo pueden sumar (¡qué alivio cuando alguien te ayuda a marcar ciertas prioridades en la lista interminable de funciones y tareas que debes hacer en el día a día!). La inmensa mayoría de las personas actúan de buena fe y aportan cuando ven la posibilidad de aportar… (sí, de los otros también hay y hacen mucho más ruido que estos…. pero no hablamos de ellos, no es el momento de perder tiempo y energía aquí… es un lujo que no nos podemos permitir)
  • Es el momento de tomar decisiones: con lo que escuchamos, ¿qué hacemos? Hablar y no actuar no suma…. humanidad y profesionalidad (hacer lo que hay que hacer). Decisiones financieras, decisiones técnicas, decisiones orientadas a facilitar/aumentar el impacto del trabajo de las personas.
  • ¿Fuera la actividad es escasa? ¡Qué suerte que ahora tienes ese tiempo que no tenías para poner «la casa» en orden! Esto pasará… el tren volverá a pasar… es el momento de ponernos en forma para aprovechar la oportunidad cuando esto se reactive.

Y para poder hacer todo eso… desde mi experiencia acompañando en este proceso… qué importante tener claro a dónde te gustaría llegar con quien tengas delante (no como un lugar concreto, sí como un estado o siguiente paso que nos acerca a un futuro deseado) y pensar cómo iniciar, y desde qué lugar-actitud-rol para en ese primer golpe en la mesa de billar, aumentar las probabilidades de que haya entendimiento y posibilidades de abrir alguna ventana de oportunidad.

En toda situación hay una oportunidad oculta…. liderazgo y coronavirus…

Filed Under: Liderazgo, Reflexiones desde la práctica Tagged With: ansiedad, buenas prácticas, coaching donostia, coaching ejecutivo, coaching on line, coronavirus, crisis, emociones, gestion de la crisis, gestion del cambio, humanizar, liderazgo, miedo, oazcoaching, Olaia Agirre, profesionalidad, toma de decisiones, trabajo en equipo, vulnerabilidad

Aprendizajes del trabajo en equipo

14 junio, 2017 by Olaia Agirre Leave a Comment

equipos que reman todos juntosEl trabajo en equipo efectivo requiere atender cómo avanzamos en la tarea hacia su objetivo (tangible), a la par que atendemos también las dinámicas que se crean entre los miembros del equipo, como equipo, entre personas del equipo, y entre las personas y el objetivo del equipo (intangible). La tentación suele ser centrarnos en la parte tangible, y eludir la parte más intangible (aunque se ve y sobre todo se siente en el ambiente), pero tienen estrecha relación entre ambas, por lo que no atender a uno de los dos niveles tiene efectos en el resultado final del equipo.

Un avance acompasado garantizará que el equipo aprenda a trabajar en cooperación real, consiguiendo llegar donde individualmente no llegarían, razón de ser del equipo.

En ese camino de construcción de un equipo que trabaje como tal para conseguir unos objetivos conjuntos que exceden de la suma de capacidades individuales, hay que incorporar nuevas formas de trabajo que se van traduciendo en pequeños (y/o grandes) cambios en el comportamiento tanto de las personas (individualmente) como del conjunto.

Ese camino, evidentemente, no está exento de piedras, siendo estas una oportunidad que el propio equipo puede y debe utilizar como palanca para avanzar en esa construcción de equipo. Porque no olvidemos, cómo se abordan las situaciones más difíciles es lo que marca la gran diferencia: nos hundimos en el problema, salvamos por los pelos la situación o salimos reforzados por la gestión de «la crisis».

Me gustaría comentar algunas situaciones que en mi camino entre observadora-participante-coordinadora-facilitadora me he encontrado. Tal vez alguno te pueda ayudar a identificar dinámicas parecidas en tu propio equipo.

Fomentar la generosidad inteligente


suscripcion-oaz

Sin generosidad no hay equipo. El equipo te da mucho… pero si tú también estás dispuesto a dar. La actitud que más daño hace a un equipo es la de sentir que hay personas que sólo velan por sus propios intereses/objetivos/fines…. el egoísmo. Por supuesto que el equipo debe aportarnos algo (sino mi nivel de interés será mínimo y mi compromiso también), pero tengo que tener claro que el equipo no es algo que está al servicio de mis necesidades/intereses/objetivos.

Para trabajar en equipo, además de ver lo que el equipo aporta a cada uno de nosotros, hace falta construir la actitud de ¿qué puedo hacer yo por el equipo?

En el fondo, ese acto de altruismo, revierte sobre uno, porque desde esa actitud te conviertes en un componente importante para el equipo. Porque todo aquel que aporta (de una u otra manera), es importante (y el equipo lo reconoce dándole un lugar).

Por el contrario, aquél que sólo busca su beneficio personal, con el tiempo queda al margen del equipo… uno vez, dos veces… pero el equipo siente que ese «agujero negro» no suma, y reacciona. De manera más o menos clara, de manera más o menos consciente,… pero reacciona.

Calidad y metodología


La calidad nunca puede estar fuera de la ecuación. Calidad en el trabajo y calidad en el trato que damos a las personas. La calidad en el trabajo conecta con la sensación de potencia, de «podemos llegar lejos», y la calidad en el trato genera un contexto de seguridad, una sensación de «no todo lo que diga podrá ser utilizado en mi contra», es más, este equipo me puede ayudar a mejorar.

La calidad y esa sensación de potencia del equipo nos permite entrar en el círculo virtuoso del equipo.  Por la misma razón, la falta de calidad es uno de los mayores venenos de los equipos. Además, como es difícil decir a alguien que su trabajo no está a la altura, tendemos a llevar al terreno de lo «personal» los «problemas» derivados de la falta de calidad y las «ausencias» de responsabilidad.

Contar con metodología para la construcción de equipos nos facilita mantener la calidad:

confianza en el equipo

porque sabemos cómo abordar estas situaciones no desde la crítica, sino desde la búsqueda de mejoras,

porque fomenta la responsabilidad individual que va unida a ese «dar un poquito más de lo estrictamente necesario»

porque ayuda a poner foco en lo importante y no desviarnos en discusiones que no nos llevan a ningún sitio

porque se fomenta el pensamiento por parte de cada uno de los miembros de ¿y yo qué puedo hacer para ayudar al equipo en ese objetivo?

porque vinculamos ilusion y buena voluntad  con trabajo, método, constancia,… cabeza y corazón

 

Decisiones… de equipo


NO
No nos interesa buscar culpables, sí asumir responsabilidad hacia adelante, es decir, responsabilizarnos por buscar e implementar soluciones.

Podemos hallar causas, pero no para «echarnos los trastos», sino para tomar decisiones y tratar de no volver a incurrir en ese problema. Actitud resolutiva y con foco en el futuro.

El preguntarnos ¿cómo podemos mejorar esta situación? en lugar de ¿por qué (con tono culpabilidad aunque sin decirlo…) ha pasado esto? se empiezan a tomar decisiones… pero no mis decisiones ni las tuyas, sino las decisiones que necesita el equipo: los que nos ayudan a conseguir los objetivos como equipo.

Mantener este foco proactivo facilita el fomento de la responsabilidad individual. Y cuando cada uno empieza a asumir su responsabilidad, se deja de echar balones fuera. Los problemas se debaten, no para buscar culpables, sino para tomar decisiones. Decisiones para el bien de la #empresa, no para cada uno individualmente.

¿Consecuencia? Ahorro de tiempo «incalculable», sensación de potencia personal y de equipo, y generación de alternativas múltiples. La creatividad y la capacidad de generar opciones de solución distintas requieren de entrenamiento (cuanto más practicas más capacidad de generar ideas distintas), pero sobre todo de un contexto donde no sientes dedos que señalan. Señalan… al que hace, dice, propone…

El cambio empieza por uno mismo


entra la luz

En todo proceso de cambio siempre hay un momento de decisión personal… ¿tiro para adelante o me quedo donde estoy? Un análisis (consciente o inconsciente) de beneficios y costes de la operación. Un momento donde lo racional juega un papel… pero lo emocional se impone haciendo que realmente demos o no ese paso. Illusión-pasión-motivación frente a miedos… luces y sombras… puedo o no puedo… ¿seré capaz o no?… ¿y si no funciona?…

Me muestro o me quedo de espectador, propongo o me callo y acato… o resisto desde- la inacción,….

Un momento en que uno se compromete consigo mismo, con la posibilidad de sacar lo que lleva dentro, de superar los miedos (internos, suyos, reales… para la persona) y dar un paso adelante. De permitir-se ser…. más allá de los debo o debería, más allá de los demás…

No hay cambio posible sin que uno mismo se decida (consigo mismo) a cambiar. El cambio empieza por uno mismo… y no se puede forzar. Puedo facilitar, puedo ayudar, puedo acompañar,… pero el cambio real, DEPENDE DE UNO MISMO.

Y ese paso valiente es el que marca la GRAN diferencia


Muchas más situaciones, muchos más aprendizajes,… un regalo que me ofrece mi trabajo con personas y equipos…  hoy llegamos hasta aquí, espero que hayas identificado alguna situación como conocida. Si quieres compartir aquí tu experiencia, o si no estás de acuerdo,… 😉 será bienvenido.

¡Fascinante la vida de los equipos y el trabajo en equipo!

CONTINUARÁ….

 

Filed Under: Desarrollo de equipos Tagged With: aprendizaje, cambio, coaching de equipos, confianza, equipos, metodologia, resultados, toma de decisiones, trabajo en equipo

El dilema del lider

3 junio, 2016 by Olaia Agirre Leave a Comment

el dilema del liderMucho se ha escrito sobre los líderes y el liderazgo. Sobre si un estilo es mejor que otro,… echando por tierra otros estilos por alabar otros, y a veces da la sensación de que el líder es una especie de superhombre o supermujer lleno de superpoderes. Yo personalmente no me he encontrado con nadie que tenga superpoderes, pero sí con diferentes personas a los que les importa su organización, sus clientes y las personas que trabajan con ellos, y que han logrado, no sin mucho esfuerzo, trabajo y constancia, obtener muy buenos resultados. Para mí, todos ellos son líderes. Con su estilo, con sus luces y sombras, con sus aciertos, sus fallos y sus aprendizajes,…

Considero que líder es aquél que consigue que pasen cosas, quien obtiene resultados (la cuestión es qué se entiende por resultados),y que lo hace, contando con un equipo, un equipo que contribuye inequívocamente a ese resultado.

Porque el líder no es un ser aislado, el líder necesita de su equipo, como el equipo necesita de un líder. Porque más allá de un puesto jerárquico, un líder es aquél que se le reconoce en un momento dado, la capacidad de influir en el equipo para que unan fuerzas y esfuerzos, para ir en una determinada dirección (que no tiene que ser fijada únicamente por el líder…. o sí…).

Un líder sabe que debe contar con la gente, con su gente,  porque reconoce que de manera individual, por muy bueno y capaz que sea, no tiene la misma potencia y capacidad que la que pueden todos juntos. Porque sabe, al igual que la gente que le rodea, que juntos pueden llegar más lejos. Más lejos como organización, más lejos como equipo, y por supuesto, más lejos como personas.

Estos líderes, como personas inteligentes que son, también han tenido la flexibilidad de adaptarse (no siempre sin esfuerzo) y ofrecer a la organización y a su gente, soluciones de muy distinta índole. Cosa que no podría ser de otra manera, ya que se han encontrado con muchas situaciones, con diversidad de problemas, cada uno de un color,una dimensión y unas características diferentes, y por tanto, la respuesta no podía ser de otra manera.

Porque a veces les ha tocado tomar decisiones rápidas y urgentes, y han tenido que dar instrucciones claras, y otras han podido (y han querido) delegar, y dar mayor libertad y autonomía de actuación y decisión a su gente, corresponsabilizando a las personas de su equipo, y dando feedback, positivo y negativo cuando ha correspondido, y reconociendo, reconociendo siempre la labor, el esfuerzo y la actitud positiva y las señales que indican ese esfuerzo extra, esas ganas de contribuir y dejar la impronta de cada uno en ese trabajo colectivo.

dilema

Y es que el gran reto al que se enfrentan las organizaciones, y sus líderes es cómo afrontar y resolver la dicotomía que supone:

  • gestionar el día a día, el resolver el aquí y ahora, el corto plazo, lo que hoy nos permite vivir,  mientras vamos construyendo y dibujando un mañana, una alternativa sostenible de futuro con nuevas propuestas de valor para los clientes  para lo cual, tanto la organización como las personas que lo componen, necesitan desarrollarse
  • centrarme en hacer un buen trabajo hoy (eficacia), mientras a su vez pienso en cómo transformar el producto, los procesos,… para poder aportar mayor valor a los clientes, a las personas que trabajan en la organización,….  (innovación y eficiencia)
  • cómo centrarme en lo importante, pero sin desatender también lo urgente

Y es que los tiempos, ritmos, y las lógicas que subyacen cada uno de los desafíos requieren de habilidades, formas de trabajar y competencias diferenciadas.

Buscando un ilusorio sentimiento de control y certeza en nuestro día a día, dentro de la volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad (entornos VUCA) en los que en realidad estamos inmersos, se puede caer en la tentación de tratar de reducir esa complejidad a una sencillez engañosa, una sencillez que nos llevaría a pensar que para cada problema hay una solución dada, una forma de hacer las cosas, una forma buena y otra mala de liderar,… Una lógica de ecuación más o menos simple y lineal. Una lógica de gestión que nos aporta ese control y certeza tan ansiados que nos regala un sentimiento dulce, que nos reconforta, donde nos hace sentirnos seguros y confiados.

Pero la realidad es más complejo que todo eso, y si bien hay áreas en las que esa lógica funciona, otras chocan frontalmente con esa idea; y el tomar consciencia de esa dualidad, y otorgarle tiempos, ritmos y la posibilidad de respuestas de diferente naturaleza parece un buen punto de partida.

LIDER: EXCELENCIA  – ORDEN Y PREVISIBILIDAD

Hay áreas  que requieren de una gestión y resolución eficaz. La calidad y la búsqueda de la excelencia es un objetivo en sí mismo. Un objetivo que nos acercará a dar un mejor servicio al mercado, a nuestro cliente (externo e interno), lo que fortalecerá nuestra posición competitiva.

Estas áreas dan  respuesta a todo aquello que hoy somos y hacemos para aportar valor al cliente: procesos de fabricación o prestación de servicios, gestión interna de los departamentos, gestión de las necesidades actuales de las personas que trabajan en nuestra organización,.. Se trata de desarrollar procedimientos más o menos conocidos, desarrollados y diseñados para dar respuesta a preguntas conocidas. Procesos que no son sometidos a grandes cambios ni cuestionamientos, tanto en cuenta no podemos inventar la rueda cada vez que necesitamos recurrir a la misma. Más bien se trata de asegurarnos de tener a punto la rueda.

Estos procesos, conocimientos, habilidades deben estar perfectamente engrasados, las tareas deben ser conocidas y cada cual debe saber cuáles son de su competencia y responsabilidad. En este vídeo un claro ejemplo, en mitad de una carrera, no hay lugar a la duda, y aquí sí, la confianza y la certeza en lo que se debe hacer y cómo debe hacerse es necesaria para obtener el resultado deseado.

 En este contexto, el líder actúa como buen gestor, es el que mantiene la visión de conjunto, aportando una labor de coordinación y claridad al equipo y la organización. La previsibilidad y el orden, a través de la planificación, la organización y los procedimientos de control dan estabilidad y refuerzan a la organización y a las personas que las integran. Ante preguntas conocidas (situaciones más o menos previsibles), el líder (personalmente o con el apoyo de otras personas) daba respuesta o ayuda a obtener respuesta desde esa visión de conjunto y claridad, y debe propiciar la seguridad del grupo a base de información clara en lo que de cada uno se espera en el momento oportuno. Los cambios que se introducen en el sistema son pequeños cambios incrementales, lo suficiente para no quedar fuera de juego. El mundo avanza y quedarse igual es simplemente sinónimo de quedarse fuera de la partida.

En este contexto más o menos conocido, los sentimientos de  control y certeza tan ansiados se presentan como posibles. La batería de preguntas y  respuestas que se pueden plantear, son más o menos conocidos, o al menos no plantean (o no deberían plantear) mayor dificultad. Los problemas surgen, pero podemos (y debemos) dar respuesta a los mismos. La eficacia en estos ámbitos, tanto en nuestro sentir como en el parecer de nuestros colaboradores, es alta y nos permite seguir, avanzar, continuar… y por tanto, asegurar nuestra supervivencia en el corto y el medio plazo.

LIDER: CREATIVIDAD E INNOVACIÓN  – IMPULSOR DE CAMBIO 

Sin embargo, no todos los objetivos o retos se pueden gestionar bajo ese paradigma de control y certeza. El futuro es incierto, volátil y complejo, y en ningún caso podemos saber al 100% lo que realmente está ocurriendo en tiempo presente. Conocer lo que en los diferentes niveles del sistema (en las personas de la organización, en nuestro equipo, en nuestra organización, pero también en nuestro entorno) está ocurriendo. Algo así como cuando vemos a diferentes expertos contarnos a posteriori lo que ha pasado con una determinada situación. Una clase magistral donde todo es claro, lógico y con consecuencias más que previsibles. Pero que también, en esos relatos… el pensamiento de «después de visto todo el mundo listo» emerge.

Y la organización, para estar preparada y poder adaptarse a nuevos modelos necesita de una forma distinta de trabajo (innovación social). Necesita espacios donde se pueda cuestionar, desde nuestra experiencia, las cosas que a veces damos como seguras, y poder plantearnos las preguntas adecuadas para poder construir mejores alternativas de aquellas que se presentan como posibles (posibles no siempre es fácil, posible no es de corto recorrido,…).

En este sentido, el líder facilita o propicia espacios donde, en lugar de orden y previsibilidad, se fomenta el caos creativo a través de una forma de trabajar diferente. Un contexto donde el mayor reto es saber gestionar la vulnerabilidad individual (también la del líder que desde la humildad reconoce que no tiene todas las respuetas… ni todas las preguntas…)  y colectiva que implica cuestionar elementos falsamente estables a los que nos agarrábamos, y en base a los cuales hemos construimos nuestra identidad, y que ahora, dentro de unos límites, nos cuestionamos. Un proceso que implica no tener el control de la forma exacta que va a adoptar ese resultado. Un proceso que podemos conocer y controlar (en parte) en sus inicios, pero que permitirá aflorar una nueva identidad, una identidad que podrá parecerse en parte a lo que podemos intuir, pero que al no tener esa capacidad lógica de la explicación a posteriori, debemos asumir que al inicio del camino, difícilmente vamos a conocer.

En ese contexto, lo importante es plantear las preguntas adecuadas, porque lo difícil no es tanto obtener las respuestas, sino conocer cuál es el verdadero problema, o más bien dilema (pues muchas veces la solución tampoco es conocida ni sencilla) sobre el que se requiere dar respuesta.

En este caso, el líder tiene que construir, desde la coherencia y el ejemplo, relaciones llenas de confianza (ofreciendo metodología que aporte sensación de potencia y la posibilidad de encontrar un lugar en ese equipo a cada uno de sus miembros, además de coherencia con el reto planteado, y haciendo verdad el dicho de «cualquier cosa que digas NO será utilizado en tu contra) ante el reto desafiante que se plantea. Se trata de construir relaciones de apoyo mutuo,al tiempo, que ofrecen posibilidades de crecimiento y aprendizaje en un entorno provocador, visionario y práctico.

Para ello, el diálogo es una herramienta potente a utilizar al servicio de ese reto. El diálogo, como la posibilidad de abrazar diferentes puntos de vista, el arte de pensar juntos. Como definía William Isaacs. Pues es en el diálogo donde aprendemos a utilizar la energía de nuestras diferencias para realzar la sabiduría colectiva.

«Ni el problema ni la pregunta son conocimientos, al contrario, son reconocimiento de ignorancia, pero abren espacios al conocimiento, impulsando al investigador más allá de lo que sabe. La inteligencia no es, por tanto, la capacidad de resolver problemas, sino, sobre todo, la capacidad para plantear problemas. Es decir, para inventar proyectos de investigación».

José Marina

Un dilema, el del líder,  que si bien no fácil, es apasionante por las puertas de posibilidades que abre.

 

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Coger impulso… ¡para hacer diana!

26 agosto, 2014 by Olaia Agirre 1 Comment

oaz coaching, visión, propósito, niveles energía, cargar pilas

Último día de vacaciones… los primeros destellos de luz que despiertan el día con renovadas energías, el sonido de las olas del mar golpeando la orilla, el olor a salitre intenso con mezcla de hierba mojada por el rocío… y el silencio… el silencio y la calma que sólo a las 7 de la mañana de un domingo de Agosto, cuando todavía todos duermen, se puede disfrutar. ¡Pequeños grandes placeres de la vida!

El cielo ha teñido de rojo las nubes que salpican el cielo… y me regala una estampa de postal que me llevo grabados en cabeza y corazón como fuente de energía y pilas cargadas para retomar poco a poco mi actividad.

Retomar mi actividad poniendo mi granito de arena al ayudar a impulsar el momento personal y profesional de las personas con las que trabajo. [Read more…]

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El liderazgo tóxico o la imposibilidad de avanzar

7 julio, 2014 by Olaia Agirre Leave a Comment

efectos del liderazgo toxico

 ¿Te suena de algo????

Desgraciadamente, muchas empresas y equipos se encuentran metidos en un círculo tóxico, donde la falta de visión y capacidad de tomar decisiones de la persona llamada a liderar su rumbo aboca al proyecto a un laberinto en el que no se ve la salida por ninguna parte…

«Sólo tres cosas ocurren de manera natural en las organizaciones:
la fricción, la confusión y el bajo rendimiento.
En todo lo demás hace falta liderazgo»
Peter Drucker

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