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La trampa de las historias de héroes y villanos

24 marzo, 2022 by Olaia Agirre Leave a Comment

Nos encantan y vivimos contándonos historias de héroes y villanos. Hemos crecido en una cultura donde nos han contado que había buenos muy buenos y malos muy malos, aun sabiendo que casi nunca (por no decir nunca) hay blancos y negros en esta vida llena de matices y en la que transitamos más entre las gamas de grises que en el blanco puro o el negro más negro.

Omitimos que esa historia habrá sido contada por los vencedores y, por supuesto, su actuación no tiene tacha alguna. También puede ser una historia contada por el bueno que ha sido víctima del malvado opresor.

Héroes y villanos, buenos y malos, conmigo o contra mi. Historias que hablan de la polarización extrema, historias que hablan del pulso que existe entre dos partes. La historia de un pulso que… perdona, ¿de dónde venía todo esto? Y es que un acto más o menos importante, cual gota que colma el vaso, desencadena un sin fin de acontecimientos desproporcionados si valoramos la gota. El vuelo de la mariposa que provocó un huracán en la otra costa del océano pacífico.

Los acontecimientos más escalofriantes de la historia, los problemas que se enquistan a veces en las empresas, los conflictos que vivimos en nuestra vida,… cuando se analizan de dónde surgen, las posturas iniciales… te llevan a ver que la escalada es una suma de sinrazones, una suma de malos entendidos, de una suma de pasiones encontradas. ¿Había cero razones? No, claramente no, pero lejos de justificar el impacto y consecuencias generadas.

Porque las historias de héroes y villanos llevan a la polarización absoluta de un desencuentro que muchas veces tiene que ver con no haber dedicado tiempo suficiente a entender al otro, desde la curiosidad genuina y voluntad de buscar encuentros, puentes. Puntos de encuentro que si verdaderamente hubiéramos tratado de encontrarlos, nos hubiésemos dado cuenta que estaban mucho más cerca de lo que creíamos. Porque sí, igual teníamos una diferente forma de entender lo que había que hacer (conflicto de tarea o ideas), o cómo había que hacer (conflicto de proceso), pero nada remotamente y absolutamente nada insalvable.

Los conflictos de tarea y/o de proceso, están asociados a la tensión creativa y estrechamente vinculado con los procesos de mejora e innovación, en tanto en cuento rompen con el pensamiento grupal, permitiendo a las personas y los equipos indagar y tal vez encontrar, otros puntos de vista o maneras de hacer.

No obstante, es necesario que entre las personas o el equipo, tengan la capacidad de dialogar desde la apertura hacia la diversidad, para escuchar, considerar, debatir de manera constructiva sin tomarlo como amenaza,…. Es decir, debe existir respeto y apertura hacia el otro, así como una dosis de espíritu crítico tanto a las ideas propias como a la de los compañeros. No ser capaz de mantener conversaciones positivas, puede desembocar en un conflicto relacional, o hacer emerger alguno preexistente.

Los conflictos sociales o relacionales son siempre negativos para los equipos, y es necesario gestionarlos cuanto antes. Activan dinámicas de poder, influencia y dominación que suelen tener un coste personal importante.

Nada insalvable, dos posturas encontradas con intenciones genuinas (y tal vez hasta coincidentes o complementarias) que tal vez no acertaron con las formas, que no pusieron suficiente empeño, que sin darse cuenta les llevó a alejarse cada vez más. Y es que muchas veces lo convertimos en insalvable cuando la incapacidad de resolver de manera efectiva un conflicto de ideas o de proceso la trasladamos al conflicto de relación. Y en ese punto entramos a contarnos las historias de héroes y villanos.

Cuando la realidad y la historia (no el relato fácil, sino esa que hurga en las raíces) se ha encargado de mostrarnos una y otra vez que ni los buenos son tan buenos ni los malos tan malos, que todos tenemos entre nuestro haber acciones buenas y no tan buenas, intenciones buenas bien articuladas, y buenas intenciones que no supimos aterrizarlas en las acciones correctas de la forma correcta. Es decir, que somos humanos, simples mortales con nuestras luces y nuestras sombras.

Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo. Aristoteles. Conflictos. La trampa de las historias de héroes y villanos. OAZ Coaching para el cambio

Dado que poco podemos hacer en los conflictos macro, pero todos tenemos la posibilidad de mejorar nuestro entorno más cercano, te propongo un simple ejercicio:

Piensa en cualquier situación polarizada, cualquier situación en la que te hayas visto inmerso en este tipo de historias de buenos y malos, y de la que cuentas una historia en la que eras el bueno buenísimo, con radical sinceridad (esto es sólo para ti), ¿realmente no hay nada antes, durante o después que consideras que podrías haber hecho de otra manera? ¿nada que si te pones en el lugar de la otra parte, pudiera haber dado lugar a error, o nada que pudiera haber ayudado a crear un puente, un entenderse mejor, un reducir distancias?

Yo claramente sí, veo muchas situaciones en las que a toro pasado (porque en el momento las emociones me llevaban a tener el 100% de la razón, por supuesto), me doy cuenta que podía haber hecho algo que no hice, que podría haber hecho algo que hice, de manera diferente, haber hecho más de algo que sí hice,…

Y sí, los otros también metieron la pata, pero yo también. Lo que hicieran los otros no quita que yo también podría haber hecho las cosas mejor.

Que tire la piedra el que se sienta libre de responsabilidad.

Porque esa es la palabra, responsabilidad. NUNCA es TODO responsabilidad de una sola parte, de una sola persona, de una circunstancia concreta. Me temo que SIEMPRE hay una responsabilidad compartida. No necesariamente al 50%, pero si considero que mi responsabilidad era 0 o cercana a 0, sería bueno que me lo hiciera mirar. Porque puede ser señal de alguna responsabilidad que no estoy queriendo asumir y estoy haciendo vejación de la misma.

Porque lo verdaderamente triste es que a pesar de que somos diferentes, pensamos, sentimos y hacemos de manera diferente, cuando dos personas, dos grupos, dos posturas se sientan para buscar (de verdad) entenderse mutuamente, las personas descubrimos que hay mucho más lo que nos une y nos «iguala» que lo que nos distancia y nos «deferencia».

Filed Under: Desarrollo de personas y equipos, Liderazgo Tagged With: buenos y malos, confianza, conflicto de proceso, conflicto de tarea, conflicto social, conflictos, conversaciones difíciles, herows y villanos, responsabilidad

#yomequedoencasa pero sigo en activo

16 marzo, 2020 by Olaia Agirre Leave a Comment

#yomequedoencasa #coaching #donostia

 

Porque la coherencia y la responsabilidad individual hace que sigamos los consejos de los que saben de esto, las autoridades sanitarias. Porque esto lo paramos entre todos (cada uno haciendo su parte) o no se para…

Sigo trabajando pero las sesiones individuales serán por teléfono o skype, avanzaremos en los proyectos trabajando en remoto,… y aceptaremos que hay cosas que tienen que esperar.

Aprovecharemos para preparar todas esas ideas que en el día a día están a la espera de que les llegue su momento.

Porque ahora las prioridades son otras.

#yomequedoencasa #responsabilidad #comunidad #compromiso #coherencia #aceptacion #flexibilidad #teletrabajo #conciliacion #ahoratocaesto #oazcoaching

Filed Under: Reflexiones desde la práctica Tagged With: #yomequedoencasa, coaching, coaching donostia, compromiso, coronavirus, responsabilidad

Creando sanas relaciones de colaboración jerárquica

23 enero, 2018 by Olaia Agirre 1 Comment

El equilibrio es una gran virtud difícil de alcanzar:

  • encontrar el punto de equilibrio entre apoyar y estar ahí para ayudar a hacer («hacer hacer») y avanzar a tus colaboradores y equipo,
  • y a su vez mantener la distancia adecuada (incluso mordiéndose la lengua más de una vez si hace falta) para dejar hacer y a través de ese dejar hacer afloren las capacidades de estas personas (en muchos casos capacidades que cuando surgen nos sorprenden muy gratamente, por inesperadas al haberse mantenido,a veces incluso para esa persona, en estado totalmente latente y oculta)

y encontrar ese equilibrio que debe asumir quien lidera personas y equipos, es una de las tareas más difíciles a realizar. La cuadratura del círculo.

Es una labor compartida entre los dos, responsable y colaborador, ya que el espacio que libera uno desde la confianza en las capacidades de aprendizaje y buen hacer (la calidad nunca debe ser olvidada, si bien hay que ajustar las expectativas a la realidad y a la curva de aprendizaje requerida), debe ser ocupada por la otra persona, desde la responsabilidad (tratando de ofrecer lo mejor de uno mismo), desde la humildad (es un proceso de aprendizaje) y el coraje (asumiendo el reto de demostrar su capacidad de aprender y de hacer).

Pero encontrar ese difícil equilibrio, tiene trampas y dificultades por ambas partes:

Respecto al responsable:

  • A veces el afán de protección y querer ayudar del responsable  impide que el colaborador pueda desplegar su capacidad y poder hacer libremente. Un sentimiento paternalista que hace asumir el papel protector, olvidando que la mejor manera de ayudar no es pescar para él,sino enseñarle y dejarle pescar.
  • La  necesidad personal de control y seguridad, los tiempos y las exigencias de los clientes internos y/o externos apremian, y hace que, si bien a nivel racional pensemos e incluso prediquemos la necesidad de delegar y permitir el desarrollo de los colaboradores, en la práctica, el margen de actuación que les permitimos sea muy estrecho (incluso agobiante).
  • Por el contrario, el no querer interceder en el desarrollo del colaborador, puede crear mayor distancia de la aconsejada. Sin querer se adopta una actitud de  “estoy disponible para lo que quieras” y se deja toda la responsabilidad de la interacción en el colaborador. Esta distancia,  y al mensaje implícito de autonomía que se lanza, hace que muchas veces, esa petición de ayuda cueste más de lo que debiera. No debemos olvidar que normalmente es el que necesita ayuda al que más le cuesta tanto darse cuenta de esto como pedir ayuda, máxime cuando el problema deviene más de una incomprensión de lo que está sucediendo o del por qué del mismo (saber dónde está el problema es en sí misma parte de la solución) y a veces es simplemente esto lo que necesitamos compartir y aclarar.

relación jefe trabajador

Respecto al colaborador:

  • Ese momento de soltar la mano y asumir la responsabilidad completa de su trabajo y su desarrollo , con sus aciertos y desaciertos, imprime cierto vértigo, y en la práctica, retiene y reclama mucha atención del responsable. No atreverse a tomar decisiones sin su aprobación o visto bueno reflejan esta inseguridad y negación de asumir la responsabilidad con todas sus consecuencias (no me refiero a decisiones que necesiten su delegación o autorización formal, sino a aquellas decisiones que tienen delegadas y son parte de su  función, y que andan dando vueltas (parálisis por análisis) o se consultan con problema-solución aportada, o sin aportar pero en la recámara,  y sin atreverse a decir que ha tomado la decisión)
  • En otros casos, el querer demostrar autosuficiencia «puedo con todo» y el “no querer molestar”, puede llevar a la persona a no pedir la ayuda necesaria, o simplemente, una visión complementaria de un experto con conocimiento valioso, que puede ayudarle en el buen desarrollo de su función.

¿Cómo avanzar hacia el equilibrio?

Trabajando la relación entre ambos desde la transparencia, la comunicación abierta y fluida. Trabajar la presencia, los contactos informales fuera de despacho, poder acercarse el uno al otro (especial esfuerzo por parte del responsable de acercarse donde se encuentra el día a día y donde las cosas ocurren), el preguntar, interesarse (no controlar), mantenerse informado, conversar de manera más o menos informal  y así tomar el pulso del equipo desde la distancia-o no como protagonista, pero a su vez, mantener su presencia disponible y fácilmente accesible para el colaborador y el equipo.

Y entendiendo que ambos tienen objetivos compartidos, y son un recurso mucho más valioso cuando cada uno cumple su función: haciendo y dejando hacer, pero además trabajan juntos de manera complementaria.

 

Filed Under: Liderazgo, Reflexiones desde la práctica Tagged With: hacer hacer, jerarquia, liderazgo, permitir hacer, responsabilidad

Ocupar tu lugar

22 abril, 2016 by Olaia Agirre Leave a Comment

ocupa tu lugar en el mundo

 

Ocupar tu lugar, estar en la vida de una manera sana y positiva, implica, desde mi punto de vista, la capacidad de reconocer lo que uno mismo es y tiene para ofrecer a la vida, a si mismo, a los que tiene a su alrededor… y tomar las riendas de la responsabilidad que ello implica.

Ocupar tu lugar sin sentirte ni más ni menos de lo que te corresponde. Sin ponernos galones de más… pero tampoco de menos… reconociendo en la justa medida nuestras luces y nuestras sombras… y ser capaz de apreciarlo… de apreciarme.

Implica reconocer lo que somos, lo que como personas valemos (como valor intrínseco, diferente al valor-precio que tendemos a calcular).

Implica reconocer  nuestra calidad humana, nuestras capacidades, lo que muchas veces a nuestro alrededor ven… y nosotros no somos capaces de ver…

Implica reconocer que nuestra experiencia, el camino recorrido (con sus altos y sus bajos), nos ha aportado una forma de ser, de comportarnos, de hacer, de estar,…. el camino recorrido nunca es banal ni despreciable… es un camino de aprendizaje, de errores y aciertos, de demostrar de lo que somos capaces, de lo que somos,…

Implica reconocer esas cualidades que expresamos o que tenemos de manera natural, eso que somos y hacemos de manera natural… aquello que aunque intentemos tapar grita… pero que como no supone esfuerzo por nuestra parte, menospreciamos (muchas veces inconscientemente) frente a otras áreas en las que tenemos que realizar mayor esfuerzo.

Cuando decidimos asumir nuestras historias

Implica reconocer el esfuerzo, la capacidad de poner energía, fuerzas, interés, concentración,… en sacar adelante algo… y en definitiva, de asumir retos y tratar de mejorar.

 

Implica reconocer la diversidad… que no todos somos iguales ni tenemos lo mismo que ofrecer… pero que precisamente ahí, en esa diversidad, en esa diferencia… radica la belleza. Eres tú y no otra persona la que puede aportar eso que tienes que aportar, en la manera que tú lo puedes hacer. Ni mejor, ni peor… a tu manera, personal, diferente,… especial.

Implica reconocer el efecto que provocamos nosotros en nuestro entorno… en las personas con las que nos relacionamos… en los proyectos en los que nos embarcamos…

Implica reconocer que en algunas situaciones brillamos con luz propia…. y en otras provocamos rayos y truenos…

Implica reconocer que esa capacidad… implica una responsabilidad… y que si no ocupamos nuestro lugar, no estamos siendo fieles a nosotros mismos… y esa falta de lealtad con uno mismo va a provocar fricciones y malestar en nosotros… pero también a nuestro alrededor.

Y  implica asumir nuestra responsabilidad, porque…

Y si no soy yo, ¿quién-

Post publicado en el Blog EITB de Inteligencia Emocional

 

Filed Under: Desarrollo de personas y equipos, Liderazgo Tagged With: autoconocimiento, blog eitb inteligencia emocional, Brené Brown, capacidad, consorcio inteligencia emocional, emma watson, liderazgo, responsabilidad, talento

El peso de los silencios…

5 diciembre, 2014 by Olaia Agirre 4 Comments

Tal vez te hayas cruzado con alguno de estos silencios…

  • Reuniones en los que deliberadamente se evitan algunos temas…
  • Temas «tabú» entre los asistentes
  • Información transmitida a medias…
  • Silencios que se crean ante la presencia de determinadas personas
  • Conversaciones emocionalmente agotadoras porque tú y yo sabemos que hay temas no resueltos que arrastran nuestras palabras
  • Verdades dichas a medias…
  • Emociones que se disfrazan bajo un disfraz de seguridad
  • Secretos familiares

Silencios que gritan por tener voz. Silencios que se atragantan en la garganta, pero buscan salir. Silencios que cargan nuestras mochilas emocionales, agotando nuestras baterías… Silencios que generan, en definitiva, dolor, malestar, conflicto. Silencios que ahogan…

Silencios que gritan por el peso de todas esas palabras no dichas, silencios que dañan, silencios que producen heridas
Partitura de Alberto R Salas

El silencio, tan maravilloso cuando es bien utilizado, puede ser cruel cuando utiliza su poder al hurgar en las heridas. Heridas, que como los silencios, se tapan, se ocultan, se disfrazan… Pero heridas al fin y al cabo. Heridas que supuran en nuestro corazón, en el corazón de las organizaciones y en la sociedad.

Heridas que necesitan romper el silencio para ser sanadas. Heridas con raices profundas. A veces tanto, que se han ocultado sobre capas de tierra… y fantaseamos con que no existen… Pero la realidad es que siempre queda una señal… más o menos evidente… en forma de dolor, de malestar. Un sentimiento y una emoción, a veces clara, a veces difusa… que muchas veces lo definimos como “no me encuentro bien”, o “hay un mal ambiente en el trabajo”, o “me siento desmotivado”…

Una herida que para su sanación requiere de las palabras. Palabras que identifican esas emociones, que nos hablan de necesidades no cubiertas. De las heridas que tenemos… Porque cuando nombramos las cosas, les ponemos nombre, desaparece la capa de invisibilidad, y se hacen conscientes ante nuestros ojos. Emergen arrojando luz, aparentemente dolorosa, pero no más que lo que latía bajo la piel… Pues el hacerlo consciente puede ser el primer paso para avanzar… Pues en mis manos está hacer algo al respecto…

Porque las palabras son poderosas… al igual que el silencio… dos caras de la misma moneda… Cómo utilizarlas depende de nosotros.

……………………………………………………………………..

Este post ha sido originalmente publicado en el blog  de EITB de Inteligencia Emocional. El peso de los silencios…. 

 

Filed Under: Coaching ejecutivo y de equipos, Desarrollo de equipos, Desarrollo de personas y equipos, Liderazgo Tagged With: blog eitb inteligencia emocional, comunicacion, dolor, elecciones, emociones, gestion de las emociones, inteleigencia emocional, necesidades, palabras, responsabilidad, silencio

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