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Uso inteligente y efectivo de las reuniones

12 enero, 2022 by Olaia Agirre Leave a Comment

Uso inteligente y efectivo de las reuniones. Los equipos más efectivos suelen destacar por utilizar de forma muy inteligente las reuniones. Lejos de estar "todo el día reunidos", han desarrollado el arte de identificar cuándo, quiénes y para qué reunirse. Pero, sobre todo, han desarrollado la capacidad de sacar chispas al tiempo en el que están reunidos, a la oportunidad que supone que en el mismo espacio-tiempo tengamos reunidos conocimiento, capacidades y competencias diferentes y valiosas.

Los equipos más efectivos suelen destacar por utilizar de forma muy inteligente las reuniones. Lejos de estar «todo el día reunidos», han desarrollado el arte de identificar cuándo, quiénes y para qué reunirse. Pero, sobre todo, han desarrollado la capacidad de sacar chispas al tiempo en el que están reunidos, a la oportunidad que supone que en el mismo espacio-tiempo tengamos reunidos conocimiento, capacidades y competencias diferentes y valiosas.

Activan y ponen a trabajar el talento del equipo para lograr un impulso, un paso adelante que posteriormente permitirá a cada persona del equipo individualmente (o seguir trabajando conjuntamente pero de manera asíncrona) hacer kilómetros.

Pero sobre todo, saben (y cuidan) que la potencia de la reunión estará estrechamente relacionada con la potencia de las conversaciones que ese equipo es capaz de mantener y de la calidad de las interacciones que se dan entre los miembros mientras se mantienen esas conversaciones.

La conversación como fuente de conclusiones y toma de decisiones o la dimensión tangible

Para convocar una reunión, hemos identificado algún tema (agenda) que necesita un análisis complejo (miradas diferentes y complementarias) y se convoca a las personas que tienen conocimiento sobre el mismo para que aporten información y generar a partir de esta información, un debate constructivo que permita entender mejor el problema/oportunidad, tomar decisiones si procede, decidir siguientes pasos,…

Conclusiones y decisiones que posteriormente se llevarán a cabo con responsabilidad en la manera que en la propia reunión se haya decidido (reparto tareas).

¿Cómo deberíamos terminar la reunión?

✔️Con foco claro, ideas y motivación para llevarlos a la práctica y avanzar.
✔️ Sensación de que como equipo tenemos fuerza.

¡Sí, ha merecido la pena! El tiempo invertido (antes y durante) ha permitido desatascar, avanzar, tener ideas claras… es decir, el retorno de la inversión es claramente positiva.

¿Esto se logra «por ciencia infusa»? No, han construido hábitos efectivos hasta llegar a interiorizar aspectos claves como: el cuidado de los temas, mantener siempre objetivos y foco claro, una estructura de funcionamiento flexible pero eficaz que les ayuda, con procedimientos o herramientas para facilitar la toma de decisiones, la gestión de conflictos,…

En este post que escribí hace un tiempo, titulado «Necesitas menos pero mejores reuniones de trabajo» puedes encontrar algunas herramientas útiles para gestionar la estructura de la reunión.

La interacción social entre los miembros o la dimensión relacional

Pero si bien el punto anterior es el resultado tangible, hay otro elemento, el relacional, que es sobre el que se sustenta el anterior. Y es que mientras los miembros están conversando, ¡están pasando tantas cosas!

  • ¿Estamos presenciando una secuencia de monólogos o hay un diálogo-intercambio real?
  • ¿Cómo nos hablamos y tratamos? ¿El respeto mutuo y el lenguaje utilizado son correcto? ¿hemos activado la empatía y la practicamos activamente para tratar de entender el punto de vista y sentir del otro?
  • ¿Cómo gestionamos la diversidad de opiniones y maneras de ser, y el conflicto asociado al mismo? ¿Somos capaces de debatir enérgicamente puntos de vista e ideas (conflicto de tarea o procesos) pero con el máximo respeto a la persona (conflicto social)? ¿Nos sentimos libres para expresar nuestro punto de vista, opinión, perspectiva… aunque no sea la mayoritaria?¿Nos sentimos escuchados y respetados, aunque puede que no lo compartan?
  • ¿Somos creíbles y confiables, es decir, nuestras palabras están respaldadas por hechos o se las lleva el viento?
  • Cómo gestionamos los egos y/o el uso de la capacidad de influencia o el poder? ¿Cómo tomamos decisiones?
  • ¿Damos un rol o un lugar a cada miembro del equipo para que se sienta con capacidad de aportar y recibir? ¿Cómo distribuimos tareas y responsabilidades?
  • ¿Somos capaces de entender los cambios del entorno y/o de la carga de trabajo de los miembros del equipo en el tiempo y apoyarnos/redistribuir tareas y funciones para que entre todos podamos seguir avanzando?

Señales que vamos enviando, con nuestra forma de hablar, nuestro lenguaje no verbal, nuestros silencios, lo que hacemos y dejamos de hacer, nuestra actitud, nuestras emociones,…

Mensajes claros, en una frecuencia diferentes al que usan las palabras… una frecuencia que a nivel emocional llega incluso a una velocidad mayor al que lo hacen las palabras… que a veces también malinterpretamos… pero que generan reacción.

Mensajes que retan los niveles de confianza mutua, la consideración y aprecio (personal y/o profesional) mutuo, el reconocimiento, la sensación de potencia del equipo, el sentido de pertenencia…

Así, como si se tratara de un baile en el que vamos dando pequeños pasos para adelante y para atrás, hacen que nos sintamos acercarnos o alejarnos los unos de los otros.

Elementos que requieren de consciencia y cuidado. Son elementos vivos… y ya se sabe que quita y no pon…

Uso inteligente y efectivo de las reuniones. Los equipos más efectivos suelen destacar por utilizar de forma muy inteligente las reuniones. Lejos de estar "todo el día reunidos", han desarrollado el arte de identificar cuándo, quiénes y para qué reunirse. Pero, sobre todo, han desarrollado la capacidad de sacar chispas al tiempo en el que están reunidos, a la oportunidad que supone que en el mismo espacio-tiempo tengamos reunidos conocimiento, capacidades y competencias diferentes y valiosas.

¿Y cómo puedes ayudar a tu equipo a avanzar y mejorar resultados?

Preparándote, aprendiendo a leer las señales y entrenando la habilidad para ayudar a tu equipo a trabajar de manera más eficiente.

Si quieres puedo ayudarte a adquirir las herramientas y entrenar la habilidad necesaria para liderar reuniones eficaces, facilitar la colaboración efectiva entre los miembros de tu equipo.

O puedo apoyar a tu equipo acompañándoos en reuniones reales, donde mientras abordáis conversaciones complejas (esas que nos importan, porque nos afectan, porque en esas cualquier resultado no nos vale ni cualquier actitud nos es indiferente), aprendáis a incorporar herramientas que os ayuden a mantener mejores conversaciones, así como a incorporar pautas de funcionamiento que como equipo os resulte más efectiva.

Porque cada equipo es diferente, no hay receta que sirva para todo el mundo… pero hay recursos disponibles que nos pueden ayudar a acelerar el cambio posible, ese que nos ayuda a dar un paso adelante.

Filed Under: Desarrollo de equipos, Desarrollo de personas y equipos, Liderazgo Tagged With: afiliación, confianza, conversaciones, equipos de alto rendimiento, poder, relaciones interpersonales, resultados, reuniones, reuniones efectivas, roles, sentido de pertenencia, toma de decisiones

Impulsado personas y equipos: Conversaciones generativas

8 septiembre, 2021 by Olaia Agirre Leave a Comment

Trabajar con personas y equipos, además de voluntad (condición necesaria pero no suficiente) requiere de algo más. Por supuesto que hay personas que parece que tienen un don innato (+ práctica) para relacionarse con las personas , y lo hacen realmente bien, pero no es menos cierto que la mayoría, en confianza y en petit comité, te cuentan las dificultades que tienen… ¡y el desgaste personal y emocional que muchas veces tiene para ellos!

¿Y qué es ese algo más? Muchas cosas, pero podría resumirlo en tener claro un para qué hacer (propósitos y valores que se traducen en objetivos coherentes y retadores que nos dan un motivo para), un qué hacer (un plan de acción con un siguiente paso claro,…), y por supuesto, un cómo hacerlo (nuestra particular caja de herramientas personales que nos ayuda a manejarnos de manera efectiva y eficiente).

Cualquier camino es bueno si no sabemos a dónde ir.  OAZ Coaching para el cambio. 
Impulsar personas y equipos implica generar espacios de seguridad y confianza donde posibilitar dar un paso más. Conversaciones generativas.

Pero centrémonos hoy en cómo, como responsable de un equipo de personas, puedo interactuar con ellos para apoyarles y facilitar que individual y colectivamente puedan llegar más lejos. Cómo lograr que puedan desplegar la enorme capacidad que sus conocimientos y habilidades les ofrece en los entornos exigentes que presionan y mucho, que es en el que nos solemos mover.

Teniendo conversaciones de valor. Conversaciones en los que podamos tomarnos el tiempo suficiente (a veces con unos minutos es suficiente, otras veces toca invertir más tiempo… y casi nunca es una única conversación) para ayudar a que eso que pueda estar enredado o queriendo emerger, encuentre las vías para aflorar.

Y para eso te propongo 4 sencillos pero potentes pasos basados en la propuesta que Michael A. West nos hace, y que los recojo en la siguiente imagen (si quieres descargártelo pinchar aquí):

Impulsar personas y equipos implica generar espacios de seguridad y confianza donde posibilitar dar un paso más. Conversaciones generativas.

1. CONVERSACIONES GENERATIVAS: PRESENCIA Y ESCUCHA ACTIVA

Es el primer elemento del liderazgo… condición ineludible. Cuando estoy con una persona o equipo, estoy con esa persona o equipo. No estoy ni en la conversación con ese cliente, ni pensando en que cuando termine tengo que hacer… De cuerpo, mente y corazón presente… porque aunque nos creamos que no se nos nota… se nota.

[Nota: todos tenemos la necesidad de ser vistos, de sentirse parte de, de sentirnos valorados… y «sentirnos ignorados» va exactamente en la dirección contraria]

Y toca estar presente con el modo «actitud curiosa» activada. Porque si quiero pasar del monólogo al diálogo (que es lo único que nos interesa si lo que buscamos es que eso germine) necesito estar receptivo, y no pretender encontrar la confirmación de eso que yo ya tenía pensado de antes o eso que confirma mis juicios previos.

Una conversación de verdad no es inocua, ambas partes aprenden, descubren, confirman,… algo. Algo que permite abrir nuevas preguntas, nuevas posibilidades, que generan una emoción que sostiene y/o impulsa,… y nada de eso es posible si no empiezo a abrirme, a ser permeable.

¿Y si la otra persona no se muestra igual de abierta a otras ideas? Empieza por practicarlo, cuando vea que tú lo estás, será más fácil que más o menos conscientemente, cambie también su actitud. La naturaleza (y las neuronas espejo) nos ayudan. Pero no hay atajos,… empieza tú por practicar. Toca ser ejemplo.

2. CONVERSACIONES GENERATIVAS: ENTENDER

Entender la situación que está afrontando, la problemática, las dificultades, los obstáculos técnicos, relacionales, emocionales,… que la situación implica. Para lo cual toca escuchar lo que se dice y no se dice, cómo se dice, y lo que grita sin mediar palabras (lenguaje no verbal)

  • Hechos: ¿qué está pasando/ha pasado? ¿cuándo ha pasado? ¿cómo ha pasado? ¿quién ha intervenido? ¿a quién afecta? ¿qué otros hechos están interconectados con éste?…
  • Interpretación que se hace de los hechos, el significado que se le da, lo que se resalta, cómo se dice,…
  • Los silencios… lo que se omite, lo que se pasa por alto, lo que se percibe pero se calla,… ¿algún elefante en la sala?
  • Y las emociones y sensaciones que están en el aire, como invitados a la conversación. Los avisos que nuestra propia piel nos da… en forma de sensaciones, en forma de posibles intuiciones.

3. CONVERSACIONES GENERATIVAS: EMPATIZAR

Que no es otra cosa que llegar al fondo de la cuestión, a ponernos en el lugar del otro para entender cómo vive emocionalmente esa persona esta situación. Entender por qué es importante, por qué insiste, también por qué «se resiste», entender las implicaciones emocionales que esa situación, con la interpretación que está haciendo supone para esa persona.

Entender su pelea, su rabia, su ilusión, su empeño,… entender las posibilidades (o expectativas) que se abren o se truncan con eso que nos está contando.

En definitiva, conocer a la persona a través de esta situación un poquito más. Acercarnos a su mundo emocional. Acercarnos a las necesidades que estas esconden.

Seguramente conozcas este video de Brené Brown que distingue la empatía de la simpatía, pero es bueno recordarlo….

¿Y debo compartirlo? Le entiendo pero ¿y si yo no lo veo igual? Pues perfecto. Entender y empatizar no significa que «compremos» su versión ni que tengamos que estar de acuerdo. Pero tengo que asegurarme de entender que desde la situación que esa persona está y la interpretación que está haciendo, se siente de esa manera.

Sólo desde ahí podremos avanzar al siguiente paso…

4. CONVERSACIONES GENERATIVAS: APOYAR + AYUDAR

Y es que a partir de la escucha curiosa que me ayuda a entender y empatizar con la persona, puedo ayudarle a dar un paso más.

  • A veces es simplemente ayudar a ordenar ideas. ¡El simple hecho de que ellos mismos se oigan decir en voz alta esas ideas que rumiaban en su cabeza tiene un efecto liberador y/o exponencial!
  • A veces es ayudarle a pensar qué opciones tiene, o incluso ayudar a priorizar o elegir una opción.
  • A veces es aportar alguna nueva idea o información que tenemos y que «no existía en su mundo»
  • A veces es ayudar a conectar con personas, equipos,… que pueden ayudar con este tema/situación
  • A veces es simplemente decirle «te entiendo»
  • A veces es ayudar a relativizar, a entender otras posturas, a ayudarle a verlo con otra mirada

Y otras, la mayoría de las veces, una suma de las anteriores… y casi siempre, un continuará de la conversación. Invitar a que te siga informando,… por si toca una conversación cual «Toma2» o «siguiente capítulo». Conecta y mucho con el seguimiento (que no control) que tanto nos suele costar.

Porque si tenemos la responsabilidad de liderar personas y equipos, tenemos que ser quienes posibiliten «que sucedan cosas», tenemos que apoyar, ayudar e impulsar a nuestra gente para entre todos, llegar más lejos.

Impulsar personas y equipos implica generar espacios de seguridad y confianza donde posibilitar dar un paso más. Conversaciones generativas.

Me encantará conocer cómo abordar tus conversaciones o las dificultades con las que te encuentras. Déjame un comentario o escríbeme para contármelo.

Y si crees que entrenar esta habilidad básica pero que puede ayudarte a desplegar tu capacidad y la de tu equipo puede ser interesante, no dudes en comentármelo y te contaré cómo podemos trabajarlo.

Filed Under: Desarrollo de personas y equipos, Liderazgo Tagged With: conversaciones, conversaciones generativas, equipos, equipos de alto rendimiento, liderazgo, liderazgo transformador, michael west

Creando entornos de confianza

28 abril, 2021 by Olaia Agirre Leave a Comment

Creando entornos de confianza. Por qué y cómo me afecta si lidero o trabajo con personas. Claves sobre las que incidir para aumentar la confianza

La confianza es la puerta de acceso a conversaciones constructivas, y en muchos casos, a la toma de decisiones cualificadas. Es la puerta de acceso a la creatividad, la cooperación y el trabajo en equipo.

Y sobre todo, la confianza es la semilla que cuando se desarrolla de manera positiva, se transforma en compromiso. Un compromiso basado en la responsabilidad individual y colectiva con el proyecto de empresa.

Todos hemos experimentado el impacto que su presencia o ausencia produce y somos capaces de sentir si está presente o no.

La confianza es la puerta de acceso a conversaciones constructivas, y en muchos casos, a la toma de decisiones cualificadas. Es la puerta de acceso a la creatividad, la cooperación y el trabajo en equipo.
Y sobre todo, la confianza es la semilla que cuando se desarrolla de manera positiva, se transforma en compromiso. Un compromiso basado en la responsabilidad individual y colectiva con el proyecto de empresa.

✔️ Es una presencia que envuelve, reconforta y nos anima, como si bajo nuestros pies se tejiera una red de seguridad, a dar un paso más, a hacer oír nuestra voz, a tener ese gesto de conexión, a probar algo nuevo, a…. Esa presencia que nos ayuda a avanzar en una espiral constructiva y nutritiva. Una presencia que acompaña.

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✔️ Una ausencia que deja vacío y frío, el elefante rosa en la sala… nadie habla de ella, rara vez se nombra… pero ¡tan presente! Una ausencia que activa un anhelo de seguridad y confort que hace que se disparen las alarmas y desencadenando toda una batería de conductas (más o menos visibles, más o menos intensas,…) buscando encontrar cierto grado de seguridad individual… y aumentando con ello, sin pretenderlo quizás, el vacío… esa ausencia que invita a dar pasos atrás,… porque la soledad, el miedo y la falta de seguridad… despierta en nosotros instintos primitivos del «sálvese quien pueda».

La confianza es la puerta de acceso a conversaciones constructivas, y en muchos casos, a la toma de decisiones cualificadas. Es la puerta de acceso a la creatividad, la cooperación y el trabajo en equipo.
Y sobre todo, la confianza es la semilla que cuando se desarrolla de manera positiva, se transforma en compromiso. Un compromiso basado en la responsabilidad individual y colectiva con el proyecto de empresa.

Cuando estamos en entornos de confianza sale lo mejor de nosotros… y en entornos complejos y de incertidumbre, contar o no con un entorno de seguridad (¿qué hemos vivido recientemente en el confinamiento y/o postconfinamiento…?) activa o inhibe la capacidad de resilencia individual y colectiva. Casi nada…

¿Te suena? ¿Lo has sentido?¿Lo has visto?

Yo lo he vivido en 1ª persona, y lo he visto en muchos equipos, entre personas que trabajan juntas,…. y he oído las versiones de cómo lo viven una parte y otra… en confianza… y es una pena constatar que muchas veces son detalles y nimiedades las que marcan esa distancia… porque en lo esencial, hay mucho más en común, mucho más que nos acerca que lo que nos aleja.

Pero precisamente ahí también radica la gran oportunidad, ya que siendo conscientes de cómo podemos favorecer dar un paso hacia la confianza [nota: muchas veces implica actuar de manera consciente y contraintuitiva], podemos identificar cuáles son “las teclas” a nuestro alcance para activarlas.

  • ¿De qué hablamos de confianza cuando hablamos de confianza en el entorno organizacional?
  • ¿Qué suma de elementos son los que tenemos en cuenta cuando en un entorno concreto lo tildamos de «entorno de confianza»?
  • ¿Qué tipo de comportamientos visibles y no tan visibles se pueden observar en entornos de confianza?¿Y cuando ésta brilla por su ausencia?
  • ¿Qué nivel de desarrollo de la confianza necesito según la complejidad e interdependencia existente?
  • ¿Cuál es el proceso de construcción de esos entornos de confianza? ¿Dónde poner el acento en cada fase?
  • ¿Cuáles son los indicadores que me avisan si avanzamos o si esa confianza se ve amenazada?
  • ¿Qué herramientas tengo a mi alcance?

Estos, entre otros, son los temas que hemos abordado recientemente con un nutrido grupo de grandes profesionales.

Porque ser capaz de generar relaciones basadas en la confianza es importante para cualquier profesional, pero si tienes la responsabilidad de liderar una empresa, un equipo o a otros profesionales… es esencial. Porque el impacto que tiene sobre las personas y sobre el trabajo que éstas son capaces de hacer individual y colectivamente es enorme. Es una de esas áreas de trabajo que deben inundar de manera transversal tu agenda… algo que se hace mientras «hacemos nuestro trabajo».

¿Parte del feedback? «Tengo mucho que hacer, pero al menos ahora veo por dónde puedo empezar» y sobre todo, la nutritiva y constructiva sensación que genera hablar en confianza de todos estas cosas: compartirlo con sus luces y sombras, «certezas» (si las hay) y todo el abanico de colores con las que actuamos, y normalizarlo… y aceptarlo…. y entenderlo… poner nombre a lo que ya hemos experimentado pero que no sabíamos codificar.

En euskera decimos «izenak izana ematen du» (nombrarlo le da identidad) y cuando lo nombramos, nos sentimos más capaces de gestionarlo… o al menos, acercarnos al mismo de manera constructiva.

Si quieres más información sobre esta u otra formación, no dudes en consultarme.

Filed Under: Desarrollo de equipos, Liderazgo, Reflexiones desde la práctica Tagged With: confianza, entornos de confianza, equipos, equipos de alto rendimiento, formacion, formacion in company, liderazgo, miedo, oaz coaching, oaz coaching para el cambio, Olaia Agirre, resilencia

La hora de los EQUIPOS

11 febrero, 2021 by Olaia Agirre Leave a Comment

La hora de los EQUIPOS

¿Por qué poner el foco en los equipos?

Aunque nos gusta sentirnos importantes y gracias a nosotros «bla, bla, bla,…..», la verdad es que el impacto que las personas individualmente conseguimos (aunque seamos el rayo de la guerra) es limitado. Nuestras contribuciones son importantes, pero con impactos limitados.

Hoy las empresas saben que, tal y como la Reina Roja le explicaba a Alicia, «para quedarte donde estás tienes que correr lo más rápido que puedas. Si quieres ir a otro sitio, deberás correr, por lo menos, dos veces más rápido«.

Además, en un mundo que se mueve a velocidad de crucero, debemos aceptar todos que «lo que nos ha traído hasta aquí no es necesariamente lo que nos permitirá ser competitivos en el futuro«, por lo que buscar nuevas formas de… debe estar en nuestras agendas y estrategia presente y futura.

En este contexto, los equipos y no tanto las personas individuales son las unidades relevantes sobre las que deberíamos poner el foco:

Es lo que entre todos hacemos y su impacto
lo que realmente importa y nos permite alcanzar nuestras metas.

Las organizaciones necesitan personas y equipos que, además de presentar altas competencias técnicas, muestren iniciativa y compromiso y líderes a todos los niveles, capaces de conducir esos equipos. 

Cuando trabajo con directivos y responsables de equipo, una de las primeras conversaciones que solemos abordar (y revisitamos habitualmente) es «dónde y desde qué lugar aportas más valor», y siempre llegamos a una conclusión:

«el verdadero valor no está tanto «en lo que hace»
(en cuanto a cantidad de trabajo que saca)
sino en «lo que consigue que haga su equipo»
, es decir, su mayor contribución está en ayudar,
apoyar, facilitar,… que su gente pueda trabajar bien
y de manera coordinada.
Porque ahí sí es cuando se consigue alcanzar
los resultados de su departamento o unidad,
ahí es cuando genera impacto
.»

Si esto es así, entonces ahí, en ayudar a su equipo a trabajar mejor, con mayor efectividad e impacto, es donde debe enfocarse. Esa debe ser su prioridad 0. Es ahí, con todo lo que implica, donde cada hora invertida se multiplica por 100. Es ahí donde debe estar la base de su agenda.

Creando equipos altamente efectivos y eficientes

Un equipo es un grupo de personas que consiguen llegar más lejos de lo que individualmente llegarían.

Para que eso sea posible, las personas que forman los equipos se exigen y retan mutuamente («veía que los demás aportaban y eso me ponía las pilas para querer estar a la altura… lo que a su vez hacía que todos nos retroalimentáramos en el mismo sentido») tanto como se apoyan unos a otros como vía que el reto se convierta en alcanzable.

Esto evidentemente, no se consigue no por el simple hecho de juntar gente talentosa, ni se crea de la noche a la mañana. Es un proceso, un echar a andar con una materia prima de calidad, y un proceso de desarrollo individual y colectivo que nos lleva, como decía Stephen Covey, de la independencia (entiendo que ya hemos dejado individualmente atrás la dependencia y somos capaces de hacer un trabajo de calidad autónomamente) a la interdependencia.

Es decir, a la cooperación basada en la complementariedad de nuestras diferencias, que es la que nos abre a ti y a mí un nuevo mundo de posibilidades.

es mejor centrarse en cómo funciona un equipo y no en el talento de los miembros que lo componen. Un buen equipo está formado por personas que se complementan

Un viaje de desarrollo, con fases, con subidas y bajadas, del equipo y de las personas a nivel individual, ya que el cambio en lo colectivo se produce de verdad cuando a nivel individual se ha producido, como un baile que retroalimenta hacia dentro (en la persona) y hacia fuera (a lo colectivo) y que desde lo colectivo tiene un impacto en la empresa (como cliente interno del equipo) y/o en clientes, proveedores,…. (como receptor del servicio del equipo).

Un viaje que hace que esa materia prima que son el conocimiento y capacidades que las personas y la empresa (recursos) ponemos, se ponga a trabajar sumando, y no compitiendo entre sí. Sumando porque generamos entre las personas esas dinámicas nutritivas basadas en la confianza. Confianza (como Sabino Ayestarán bien nos enseñó), compuesta por dos caras de la moneda:

El mayor peligro no es fijarnos un objetivo demasiado alto 
y no llegar a alcanzarlo,
 sino poner el listón demasiado bajo 
y cumplirlo con facilidad. OAZ Coaching para el cambio
  • La potencia del equipo, es decir, primero la sensación, y luego la evidencia (trabajamos de manera eficaz), me dice que este equipo es capaz de conseguir resultados, logros. Que las personas se mojan y aportan, y por tanto, aquí (pensamiento individual) «me merece la pena mojarme» y aportar, porque mi esfuerzo tendrá una recompensa colectiva. Es el antídoto de la «frustración por pérdida de tiempo y esfuerzo mal gastado» que tanto frustra a las personas competentes.

Los buenos equipos acaban por ser grandes equipos cuando sus integrantes confían los unos en los otros lo suficiente para renunciar al YO por el NOSOTROS
  • La seguridad psicológica, es decir, «lo que diga no será utilizado en mi contra», se admiten los errores (no la dejadez), me ayudan a encontrar mi lugar, me ayudan a cuestionarme y se permite que cuestione, también ayudo a los demás cuando lo necesitan, hablamos de lo que nos ayuda pero también de los momentos (todos los tenemos individual y colectivamente) de atasco, desinfle, confusión,… y siempre, por supuesto, desde el respeto y tratando de entender el punto de vista del otro (empatía).

Un viaje en el que construimos juntos sobre el trabajo individual y colectivo. Porque en los equipos se trabaja mucho de manera individual… pero bien coordinados. Y se enriquece y da un paso más en colectivo.

De manera que impulsándonos unos a otros, apoyándonos unos a otros, hacemos ese camino que individualmente no haríamos.

¿Cómo te puedo ayudar en este camino?

Puedo ayudarte a mejorar el funcionamiento de tus equipos de diferentes maneras:

  • individualmente apoyándote y dándote recursos para liderar a tu equipo. Preparamos las reuniones de tu equipo, cómo facilitarlas, cuál debe ser tu rol, cómo ejercerla,… qué otro tipo de acciones deberías llevar a cabo fuera de las reuniones,… en definitiva, te ayudo a tener una visión más amplia de lo que está ocurriendo y cómo y dónde puede estar impactando eso que sucede… para a posteriori tomar decisiones y llevar a cabo las acciones que correspondan
  • trabajando con el propio equipo: dándoos feedback y recursos, poniendo conversaciones importantes sobre la mesa del equipo y facilitándoos que de manera constructiva se empiece a tratar y abordar algunas cuestiones, aportándoos una mirada diferente que os ayude a cuestionaros algunas cosas y os sirva para con más confianza, coger más velocidad en otros,…. Activación y desarrollo de equipos adaptados al tipo de objetivos y necesidades de la empresa.
  • creando una comunidad de aprendizaje e innovación entre varios equipos de la organización: facilitando un entorno para compartir, de transferencia de conocimiento, de identificación de necesidades y construcción de soluciones/ ideas/ proyectos entre diferentes equipos de tu propia organización.

Como ves, un tema importante y que en función de las necesidades, puede ser abordado de muchas maneras diferentes.

Foto portada de Isaiah Rustad en Unsplash

Filed Under: Desarrollo de equipos, Desarrollo organizativo: estrategia y su implementación, Liderazgo, Reflexiones desde la práctica Tagged With: equipos, equipos autogestionados, equipos de alto rendimiento, equipos de innovacion, estrategia, innovacion social, liderazgo, oaz coaching para el cambio, oazcoaching, Olaia Agirre, organizaciones competitivas

Hora de actuar

19 octubre, 2020 by Olaia Agirre Leave a Comment

En tiempos revueltos, para cuando unos piensan si se puede hacer o no… otros ya lo están haciendo. El impacto derivado de la pandemia «va por barrios», y es evidente que hay sectores que se han visto favorecidos mientras otros muchos se han visto mermados.

Pero aviso a navegantes… porque tanto en los primeros como en los segundos, hay quien está aprovechando el oleaje para reforzar su posición, para ganar en competitividad (creciendo por encima de la tasa de crecimiento de su mercado – sea la media positiva o negativa) y otros que, tal vez sin ser del todo conscientes, pensando que la tormenta afecta a todos por igual… están viendo mermada su cuota, perdiendo competitividad.

Los trenes siguen pasando…. aunque tal vez han cambiado sus horarios, su frecuencia…. incluso sus paradas… pero siguen pasando. Todavía no se ve, pero en no mucho tiempo, se verá un cambio en el tablero de juego de muchos sectores…

Si esta tormenta algo ha dejado en evidencia es la solidez de los pilares donde se sustentaban empresas, proyectos, equipos y las propias capacidades profesionales. Se ve claramente la solidez o los pies de barro de muchos proyectos, líderes y equipos. No sólo porque el músculo que habíamos desarrollado nos permita capear mejor o peor el temporal o sus adversos efectos , sino porque ahora mismo, los proyectos y equipos sólidos están teniendo la capacidad de utilizar, no exento de dificultades, el conocimiento acumulado para afrontar los intensos retos que se nos presentan.

¿A qué me refiero con la capacidad de utilizar el conocimiento acumulado para afrontar los intensos retos que se nos presentan.? Pues a que no pase esto…

Porque aparentemente todos están haciendo muchas cosas… pero la gran diferencia radica en la capacidad de poner encima de la mesa los problemas (de clientes, internos, técnicos, no técnicos, de mercado, del equipo, de las personas,… es decir, aquello que nos está impidiendo avanzar) y aprovechar las oportunidades que encierran, y a partir de ahí poner foco para solucionar o aprovecharlos, cuidar a las personas para no dispersar la fuerza, de parar si hace falta para reenfocar (es decir, hacer algo diferente para seguir haciendo lo que toca), de utilizar las capacidades que tenemos, sumándolas, de dar pasos cortos pero certeros… y uno detrás de otro…

Es el momento de actuar, es el momento de reflexionar mientras se está haciendo (con método, con eficacia), es el momento de aprender y mejorar con valentía y agilidad (sosteniendo la emoción y estando atento a las dinámicas que se dan entre las personas y las personas y la tarea).

Es el momento de los EQUIPOS (con mayúsculas)

Es el momento de trabajar poniendo el talento individual al servicio de una respuesta conjunta que pueda ser una respuesta válida en el nuevo contexto. Es el momento de los EQUIPOS (con mayúsculas), entendiendo el equipo como aquél que es capaz de llevarnos a donde individualmente no podríamos llegar.

  • No hay tiempo para individualismos aunque en entornos amenazantes la tentación del «sálvese quien pueda» por ejemplo, guardándose información importante (interna o externa) por miedo a cómo se va a interpretar o «si será utilizado en mi contra» culpabilizando al mensajero en lugar de afrontar lo que el mensaje lleva por detrás, es una triste realidad.
  • No hay tiempo para seguir con agendas saturadas donde todo se ha convertido en importante y para ayer, sin invertir (con un excelente retorno de la inversión) tiempo para parar y priorizar… porque cuando todo es importante, cuando todo es urgente, NADA es ni importante ni urgente. Ni la parálisis por análisis ni «el pollo sin cabeza».
  • No hay tiempo de reuniones infinitas, pero tampoco es el tiempo de ir por libre o no coordinar esfuerzos y tareas. Reuniones de valor, pocas pero de calidad.
  • No hay nada más peligroso que la ausencia de pensamiento crítico, necesitamos apoyo real… pero no palmeros. ¿Te has encontrado en reuniones donde parece que todo va bien cuando todos sabemos que muchas cosas no funcionan, y que las verdaderas conversaciones, esas que buscan arreglar las cosas, son entre bambalinas, «cuasiclandestinas»? Pues de esos barros estos lodos…
  • No hay tiempo para echar balones fuera, ni de escurrir el bulto… no hay tiempo para cumplir mi parte y no ofrecer apoyo real a otros miembros del equipo, a otro departamento,… todos vamos en el mismo barco.

No hay tiempo… porque la factura de todo eso es cara… y ahora, MÁS QUE NUNCA.

Es el momento del LIDERAZGO (con mayúsculas)

Es el momento del LIDERAZGO (también con mayúsculas) que es capaz de generar el contexto adecuado, para que a pesar del vértigo que a veces da el no control, lo no conocido,… seguir avanzando.

Es el momento de sostener con una mano y apoyar con la otra para impulsar a las personas, los equipos y los proyectos. Es el momento de saber más que nunca dónde aportamos valor, VALOR DE VERDAD… haciendo lo que nos toca hacer, y sobre todo, favoreciendo que hagan…. es decir… ayudando a enfocar, sacando las conversaciones importantes… aquellas a las que no sabemos «cómo hincar el diente» y abordándolas, poniendo los medios técnicos y no técnicos al servicio de las personas y de la tarea, apoyando en la toma de decisiones si hiciera falta, escuchando qué está pasando, dejando hacer pero estando y dejando notar que estás muy presente, …

Para lo cual es el momento de encontrar nuestro propio centro de equilibrio, donde apoyarnos (en mi y en el entorno) para sacar nuestro mayor valor y ponerlo al servicio del proyecto, de los equipos… de las personas.

Es el momento de poner la carne en el asador… Sí, es el momento no de quedarse en las palabras, en las ideas… es el momento de decir a través de lo que se hace, es el momento de ponerse en acción…

Competitividad: hora de actuar

No es el momento de esperar a estar preparados para arrancar… ¿y cuándo será el momento perfecto?¿Acaso lo hay? Mira a tu alrededor…

Hoy y ahora es el momento de actuar. Un primer paso, una decisión… ¿Cuál es el papel que quieres tener en esta historia?¿Qué recursos sí tienes para para empezar el camino?¿Cuáles más necesitas?

Filed Under: Gestión del cambio, Reflexiones desde la práctica Tagged With: cambio, competencia, competitividad, empresa, equipos, equipos autogestionados, equipos de alto rendimiento, lider, liderazgo, oaz coaching, Olaia Agirre, retos empresariales, rivalidad, trabajoenequipo

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