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Desarrollo = aprender mientras hacemos

11 mayo, 2022 by Olaia Agirre Leave a Comment

Sería una maravilla contar con un manual de instrucciones para nuestro caso exacto, o tener las habilidades ya entrenadas y desarrolladas para cuando nos toca enfrentarnos a una situación compleja, una conversación en la que nos la jugamos, una toma de decisiones que implica cierto riesgo,… ¿No te parece?

Pero la realidad es que, aun contando con muchos recursos y herramientas a nuestras espaldas (la gente con la que trabajo tiene a sus espaldas mucha experiencia y conocimiento, y está curtida en mil y una batallas), los entornos exigentes, complejos y cambiantes en los que nos movemos hace imprescindible una habilidad:

aprender mientras hacemos

Porque el mundo no se para esperando a que estemos preparados, porque las situaciones toca afrontarlas, raramente se solucionan por arte de magia sólo con el paso del tiempo (más bien se deforman y originan otros problemas enquistando más la situación).

Los entornos exigentes, complejos y cambiantes en los que nos movemos hacen imprescindible una habilidad: aprender mientras hacemos

Así que, nos remangamos, tomamos el toro por los cuernos… y hacemos lo que nos toca hacer: seguir haciendo preparándonos para afrontar esas situaciones complejas:

  • Parándonos para clarificar: entender la situación, identificar las personas (o sistemas) que intervienen y las posiciones (intereses, necesidades, roles,…), y qué rol nos toca ejercer en esa situación.
  • Definiendo una meta para el proceso global y un objetivo para las siguientes actuaciones. Un foco claro nos ayuda a guiarnos incluso en los momentos en los que «las hojas no nos dejan ver el bosque» y a enfocar nuestra energía en lo importante.
  • Aclarando nuestra intención y motivaciones: por qué y para qué queremos (necesitamos) abordar esta situación, en qué me afecta, qué me juego,…
  • Recopilando la información necesaria, para lo cual tal vez necesitamos mantener algunas conversaciones, o apoyarnos en ciertas personas.
  • Tomando las decisiones que previamente dependen de nosotros o identificando las decisiones que en el proceso vamos a tener que abordar. Teniendo en cuenta lo que ya tenemos y lo que necesitamos para tomar esa decisión.
  • Buscando la mejor manera de abordarlo, contando con los recursos que ya tenemos y los que están en nuestro entorno. A veces aprendiendo o entrenando alguna habilidad clave (existen herramientas contrastadas que nos ayudan) para que las probabilidades de que esas interacciones, pasos,… lleguen a buen puerto aumenten.
  • Buscando el lugar interior, la mentalidad, la actitud, y la emoción más propicia para abordar ese paso

Es decir, preparar esos pasos (nos permite ganar claridad y seguridad, y normalmente efectividad) lo suficiente como para aun no teniéndolo atado, poder darlo con la suficiente confianza y seguridad. Pero darlo, teniendo en cuenta:

  • Que debemos dar el paso con la suficiente flexibilidad y cintura para adaptarnos (en el proceso) a lo que la situación va requiriendo (como si es dejar apartado lo que habíamos preparado… plan B, C,…)
  • Enfocándonos en lo que sí podemos hacer en cada situación: sea mucho, poco… o casi nada. Pero lo cierto es que a veces, el valor de esos micropasos es enorme, en tanto en cuanto nos ponen en la senda de posibilidades mayores que en el micropaso anterior no se veían.
  • Estando receptivos no a los comportamientos visibles (síntoma), sino a las necesidades reales que esconden.
  • Hacer visible lo invisible será un buen síntoma de que nos ponemos en la buena dirección, porque sólo así podremos gestionar o abordar las situaciones con calado e impacto, no sólo poniendo un parche en la superficie.
  • Y hacerlo, con la confianza de que, aun no teniendo todos los recursos que nos gustaría tener, sí que tenemos (porque ya lo hemos demostrado en el pasado y es parte intrínseca de toda persona) la posibilidad y la habilidad de seguir aprendiendo y desarrollándonos.

Y me lleva al siguiente punto: el aprendizaje y el desarrollo. Para que una situación (incluso de éxito) sea un aprendizaje y palanca de desarrollo, muchas veces no basta con hacerlo, necesita además:

Los entornos exigentes, complejos y cambiantes en los que nos movemos hacen imprescindible una habilidad: aprender mientras hacemos
  • ser analizado para tomar consciencia de lo que realmente ha pasado: qué ha pasado en mí, en nosotros y a nuestro alrededor, qué sí ha ayudado y qué ha sido un obstáculo (evitable) y superado (o no).
  • toca analizar cómo podríamos aplicarlo en un futuro, que nos creemos mi/nuestro propio kit de herramientas a punto para su uso. Un kit que incorpore los diferentes niveles: acción o procedimiento a poder seguir, la mentalidad y la emoción que debemos activar y mantener en el proceso (y cómo lo hemos hecho esta vez), las creencias y juicios que debemos mantener a raya o suspender, el lugar interior desde el que relacionarnos y/o actuar,….

Dos buenas noticias:

  • la primera, que en nuestras empresas, nuestros entornos de trabajo, estamos inmersos en entornos que son un gimnasio de lujo para el entrenamiento de competencias (conocimiento y habilidades en acción) y desarrollo personal y profesional.
  • y la segunda, que hay recursos y personas (como yo) que os ayudan a facilitar este proceso, acompañándoos, ayudándotos en la reflexión y toma de decisiones, entrenando y dotándoos de recursos que sabemos que funcionan y ayudan a superar muchas pruebas complicadas, adaptándolas a vuestra realidad actual. Una ayuda para aprender mientras hacemos.

Muchas empresas están ahora mismo inmersos en procesos de cambio y mejora, la situación lo exige, y sí, los profesionales (de manera individual, sobre todo si tienen personas a su cargo) o los equipos (mediante sesiones grupales) encuentran apoyo real, recursos prácticos para ir desarrollándose mientras están haciendo. Claridad e impulso para seguir haciendo kilómetros.

Hoy mismo, tras una sesión con una profesional (responsable de dos equipos en una empresa industrial), que tiene un reto importante, y que lo está haciendo muy bien, así me lo ha dicho:

«Estas sesiones me están ayudando a entender cómo desplegar y gestionar el cambio que quiero llevar a cabo en el área (actitudes individualistas, balones fuera, incidencias,….) con pasos claros y con herramientas efectivas. Estoy aprendiendo un montón y dentro de todo lo que tengo encima, la verdad es que me siento muy bien»

Porque así es, como pasa con las herramientas efectivas, cuando lo conoces piensas: ¿y cómo es que no lo hacía así antes?

Y es que de eso se trata, de analizar, tomar decisiones y diseñar actuaciones que me resuelva el reto que tengo hoy, mañana, la semana que viene en mi empresa (alineado con retos mayores), entrenar lo que necesito para abordarlo con la máxima efectividad posible, y mientras tanto, ver lo que aflora en mi (como aprendizaje sobre la forma de abordar las situaciones y sobre mi mismo -fortalezas, debilidades, miedos, seguridades e inseguridades, creencias,…) para dar un paso más en esa espiral de crecimiento y desarrollo que a través del aprender mientras hacemos conseguimos.

Eso es desarrollo, eso es avanzar como personas, profesionales, equipo y empresa.

Un proceso de descubrimiento del tipo de persona que puedo llegar a ser mientras lo estoy haciendo. Y sí, hay sorpresas muuuyyyy agradables en el camino.

Filed Under: Desarrollo de equipos, Desarrollo de personas y equipos, Desarrollo organizativo: estrategia y su implementación, Liderazgo Tagged With: aprender haciendo, coaching, desarrollo de habilidades, desarrollo organizativo, desarrollo profesional, entrenamiento profesional, gestion del cambio, learning by doing, liderazgo, mentoria, procesos de aprendizaje, talento

Eso que no te permite avanzar

10 febrero, 2022 by Olaia Agirre Leave a Comment

Cuando miras hacia el escenario al que te gustaría llegar, hay muchos pasos que dar, cosas que hacer, que simplemente se trata de hacer. Más allá de organizarte y ponerte a ello, no entrañan una dificultad especial. Sabes hacerlo y puedes hacerlo.

Pero en ese camino, hay algo, tiene una forma para ti, en mi camino tendría otra forma, que es lo que te hace contener la respiración. Eso que no sabes por dónde agarrar, que no sabes cómo gestionar, que no sabes cómo hacerlo. Es eso que en último término, te impide hacer todo eso que sí sabes y puedes hacer.

¿Qué es y cómo sientes eso que te obstaculiza el avance hacia ese escenario futuro deseado? ¿Eso que no te permite avanzar?

¿Te ha venido algo a la cabeza? ¿Has identificado alguna cosa? Puede ser algo concreto a hacer, algo que superar, algo emocional, algo relacional,….

Muchas y muy variadas suelen ser las respuestas a esta pregunta que le tengo tanto cariño, porque ha sido el comienzo de muchas y muy interesantes conversaciones. Porque cuando se lo lanzo a las personas con las que trabajo, antes de terminar ya hay un cambio de mirada, un cambio de expresión… y las respuestas suelen ser muy de verdad. Es la puerta a un espacio íntimo, a un espacio del que raramente hablamos… pero que esconde un mundo rico y lleno de posibilidades.

Si me caí, es porque estaba caminando. Y caminar, vale la pena, aunque te caigas.

Eso que no te permite avanzar

No voy a hablar de las repuestas que me dan (eso queda para nosotros), pero sí de algunas de las reflexiones y aprendizajes a las que llego tras muchas conversaciones, muchas personas, muchas situaciones en las que esta pregunta ha tenido su momento.

  • El simple hecho de permitirnos hablar de ello, compartirlo con alguien, ayuda a quitar una gran parte de la presión que esa situación ejerce sobre nosotros
  • Hablar de ello en voz alta me permite escuchar mis propios pensamientos desordenados, y no son pocas las veces que el simple hecho de oírnos decir lo que rumiaba en nuestra cabeza en algo nos lleva a darnos cuenta del orden que debiera tener, de algo que falta,..
  • Es importante ver la foto completa. Hay algo que nos bloquea… pero hay otras muchas cosas para las que sí nos sentimos capacitados. ¡Qué importante es cultivar una mirada apreciativa sin ser complacientes! Rara vez es todo o nada, cuando nos bloqueamos estamos centrados en la carencia, y hemos hecho de la carencia el TODO. Ajustemos las gafas y ampliemos la mirada.

  • Hablarlo con alguien permite que esa persona me de un feedback (cuidado, no todo el mundo sabe hacerlo) sin juicio y con un objetivo: darte luz sobre eso que estás hablando
  • Cuando dos personas son capaces de poner encima de la mesa áreas diferentes que sobre esa situación tienen, aumentamos automáticamente el nivel de comprensión y/o de opciones de los que abordarlo
  • Hablarlo con alguien que genuinamente nos quiere ayudar, significa que no nos va a dejar hacernos trampas en el solitario y desviarnos del tema: es incómodo, pero la incomodidad se va cuando coges el toro por los cuernos y asumes la responsabilidad de hacer algo al respecto. Mucho o poco, pero aquello que SI está en tus manos. Sin excusas, sin quejarse. Con responsabilidad
  • Ayudar a alguien es saber que a veces necesita estar incómodo, para en el medio plazo estar bien. Lo que nos apetece y lo que necesitamos rara vez son lo mismo 😊

  • Cuanto más necesitamos ayuda, menos capacidad tenemos de pedirla. Cuanto más bloquedos, más queremos alejarnos de lo que nos bloquea, bien sea distrayéndonos con otro tema, bien sea “metiéndonos debajo de las mantas hasta que sintamos que pasa la tormenta”
  • Precisamente porque cuanto más bloqueados más nos cuesta pedir ayuda, en el entorno es importante que cuando apreciemos señales (aunque nos parezcan tímidos, puede ser que esa persona esté haciendo en ese momento un gran esfuerzo) estemos receptivos a escuchar, querer entender, a conversar. Evidentemente, tras escuchar, conversar,… podemos compartir o no el punto de vista planteado, pero seguro que estaremos en disposición de entendernos mejor, de ayudar a la otra persona a ver otros puntos de vista.
Aprendí que el coraje no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El hombre valiente no es aquél que no siente miedo, sino el que conquista ese miedo.

Eso que no te permite avanzar
  • Cuando algo nos bloquea, tratemos de comernos la tarta a bocados. ¿Cuál es el primer paso que puede ayudar a avanzar y que sientes que puedes abordar en este momento? A veces es más de lo que pensabas, otras es un pequeñísimo paso… pero puedo tener un enorme valor, en tanto en cuento es el que te ayuda a movilizarte, a salir del bloqueo, a avanzar en esa dirección. A veces, al culminar ese pequeño paso vislumbras un camino, una ventana de luz que desde donde estabas no había forma de ver.
  • Aunque a veces tenemos la fantasía de que otro haga lo que a nosotros tanto nos cuesta, que simplemente eso que nos incomoda desaparezca por una alineación mágica de los astros,… la verdad es que no funciona así. Nos toca, el cambio debemos iniciarlo nosotros. Eso es asumir la responsabilidad, eso es hacer lo que hay que hacer… aunque no sea fácil.

Espero que te haya sido de utilidad, y si en la pregunta inicial has descubierto algo que crees que te vendría bien trabajar, te invito a que me escribas y lo hablamos. Tal vez puede ser tu aliada en ese proceso.

Filed Under: Desarrollo de habilidades, Desarrollo de personas y equipos, Liderazgo Tagged With: avanzar, bloqueos, claridad, coraje, desarrollo organizativo, desarrollo personal, desarrollo profesional, inseguridad, inteligencia emocional, liderazgo, miedo, miedos, oaz coaching para el cambio, obstaculos, Olaia Agirre, valentia

Historias cotidianas 1

1 diciembre, 2020 by Olaia Agirre Leave a Comment

Hoy traía buena cara… “estoy a gusto y bien en lo personal y lo profesional”, pero no siempre ha sido así en este loco y traicionero 2020.

El 2020 lo ha calificado de INTENSO… acompañada de una risa cómplice… “no se me va a olvidar fácilmente”

Y es que además de los múltiples vayvenes que este raro y retador año nos ha traido en lo profesional (también se han visto afectados y con necesidad de tomar decisiones complicadas), ha tenido un año sumamente exigente en lo personal para él. Ha habido momentos de “bajón” de no sé qué más puedo hacer… pero desde la máxima humildad y con la “ACTITUD-fuerza de luchar por hacer que la vida avance”, a partes iguales, ha afrontado retos personales, familiares y profesionales.

Y ha descubierto muchas cosas de él mismo (algunas le han gustado más que otras)… y “MADUREZ”, así lo ha llamado, “la vida me ha puesto todo esto delante para que madurara”.

El 2021 (con respeto por si hay que reformular objetivos) lo afronta con ilusión y respeto, porque sabe que le toca seguir afrontando retos exigentes…. “pero ya haremos”.

Pues eso… me quedo con el privilegio de poder acompañar a personas así. Y con el “gracias, me has ayudado mucho”

Filed Under: Coaching ejecutivo y de equipos Tagged With: coaching, coaching ejecutivo, coaching profesional, comunicacion, desarrollo directivos, desarrollo profesional, equipos, gestion de equipos, liderazgo

La esencia del trabajo en equipo de alto impacto

7 febrero, 2019 by Olaia Agirre Leave a Comment

Muchas veces me preguntan, pero, ¿cuál es la esencia del trabajo en equipo de alto impacto? Y si bien a lo largo del tiempo he ido modulando esta respuesta, a día de hoy (respuesta en beta, es decir, en permanente evolución;-)), diría que es la activación de  una suma de generosidad inteligente, curiosidad con humildad y ambición sana basada en el inconformismo.

Tres cualidades individuales, que los miembros individualmente deben aflorar (es una decisión personal y no se puede forzar)  pero dependen, y mucho, de las dinámicas y formas de hacer que se desarrollan en los equipos. Dinámicas y formas de trabajo sobre las que sí podemos incidir para que se genere el contexto propicio para que esa decisión personal sea un sí, y por tanto, se activen para realizar un trabajo en equipo orientados a alcanzar algo que individualmente sería difícil lograr. (Nota: no el trabajo en equipo es siempre la mejor opción, si individualmente alguien lo puede hacer, y no aporta valor diferencial la suma de conocimientos y habilidades, sencillamente ¡que lo haga!)

¿Y qué tipo de dinámicas son esas?

  • Dinámicas que permitan dar un lugar a todos los miembros: ¡es una locura desperdiciar o infravalorar el conocimiento, habilidades y competencias que puede aportar un miembro del equipo (Nota: si creemos que no tiene nada que aportar, ¿por qué está en el equipo?)
  • pero que a su vez eviten individualismos egoistas que vacían a las personas y los equipos. Lo más importante pasa a ser lo que entre todos podemos llegar a construir. Eso a lo que de manera individual difícilmente podríamos haber alcanzado.

Pero hoy me voy a centrar en esas tres cualidades que creo indispensables, y por qué:

1. Generosidad inteligente en el dar y el recibir

Me remitiré a lo que Adam Grant explica en su libro «Dar y recibir», y que recoge perfectamente lo que yo he podido constatar desde la experiencia y la observación. Adam Grant nos demuestra a través de las evidencias que arrojan muchas investigaciones, que el «éxito» (en este contexto lo utilizo como la capacidad de desarrollarte personal y profesionalmente)  es una suma de trabajo, talento y oportunidad, pero además, y con un peso casi mayor a los anteriores, de la forma en la que interactuamos con los demás.

Así, nos habla de:

  • las personas receptoras o aquellas cuya mentalidad se basa en ¿qué puedo conseguir PARA MI de esta situación, aunque sea A COSTA TUYO? (¿te suena?)
  • las personas equilibradoras, o aquellas que sin llegar a la actitud de las receptoras, sí que buscan medir o buscar un equilibrio entre LO QUE DOY y LO QUE RECIBO, en un intento de búsqueda de equilibrio
  • las personas donantes, que son aquellas que de manera natural dan lo que tienen… sin preocuparse de si reciben o no de vuelta, creando un efecto empoderador a su alrededor.

Las investigaciones demuestran que si bien en el corto plazo son los receptores los que despuntan (a veces también por esa «rara habilidad» de utilizar lo suyo y lo de los demás para auparse),en el medio y largo plazo los que realmente destacan son los donantes. Y aquí está el punto interesante, no todos los donantes, sino los donantes «inteligentes», y es que (muchas veces por experiencias negativas) han aprendido a identificar a los receptores, y medir sus fuerzas. De manera que también, saben poner límites saludables.

Pero volvamos al equipo, ¿dar qué? Dar o aportar conocimiento, pero también permitir aportar; hacerse entender, pero también tratar de entender la perspectiva o lo que el otro tiene que aportar; estar presente, y permitir presencia;… en definitiva, brillar desde lo que tienes para aportar (conocimientos y fortalezas personales) y permitir brillar al otro desde lo que tiene que aportar…. para a partir de ahí construir algo nuevo que integre diferentes y ricas perspectivas que aporte nuevo valor.

 

2. Curiosidad con humildad para contribuir y aprender

Mentalidad abierta y humildad para pasar de actitud «sabelotodo» a actitud «aprendizaje construido en beta» (o en construcción permanente) y por tanto, abierto a experimentar una mezcla de aprender-desaprender-para-volver-a-aprender. No desde cero, sino utilizando el saber y experiencia anteriores para integrar con análisis crítico lo nuevo: poder hacer nuevas conexiones que complementen, entender cuáles son las áreas que ayudan a impulsar unos saberes con otros, y si en algún punto se confrontan… dar un paso atrás y preguntarse… ¿cómo sé que es verdad lo que yo pienso?¿en qué lo fundamento?… y, ¿en qué se fundamenta esto nuevo que se me presenta?

desarrollo personal y profesional

Porque no hay proceso de construcción sin deconstrucción, pero para ello, hace falta coraje y humildad a partes iguales. Coraje y humildad para cuestionar algunas cosas que damos por buenas (proceso interno), pero además, coraje y humildad para abrirnos a ser permeable a las aportaciones del otro (proceso en relación con el otro, cooperación).

3. Ambición sana basada en el inconformismo

Son personas que quieren mejorar algo, solucionar algo,… y creen que con sus conocimientos y esfuerzo algo pueden hacer al respecto. Un punto de inconformismo, una dosis de ambición sana de querer mejorar (encontrar una solución, aprovechar una oportunidad, sentirse mejor,…), y otra dosis de confianza suficiente en que, con su trabajo y esfuerzo unido al del resto del equipo, algo bueno (lo suficiente como para querer ser parte de ello) se puede conseguir.

Una actitud que les lleva a remangarse y hacer, con voluntad de aportar y contribuir, no de esperar a que la solución venga de fuera…

trabajo en equipo de alto impacto

y para ello:

  • se enfocan en lo que sí depende de ellos,
  • y respecto a lo que no depende de ellos, actúan con intención para influir en una determinada dirección

y así van dando pasos. Y empiezan a construir, en un proceso de reflexión-acción-evaluación-acción que sí permite llegar a construir entre todos, algo nuevo que aporte nuevo valor (objetivo último del equipo).

 

Desarrollar o aflorar estas capacidades latentes depende sobre todo de una decisión personal, una decisión que normalmente tomamos condicionados por lo que nos sugiere el contexto. Un contexto que habla de oportunidades de aprender, desarrollarse, de dar pasos… de potencia. Pero también de inteligencia emocional y confianza para poder probar, experimentar,… también no estar de acuerdo, y debatir… sin que eso suponga amenaza alguna. Dinámicas que permiten atenderlo que quiere emerger y adaptan su modo de funcionar para aprovechar esas oportunidades,…

En definitiva, contextos sobre los que SI PODEMOS INCIDIR para que la persona,de manera individual, DECIDA SI AFLORAR esas capacidades y ponerlas a trabajar.

Sí, otra forma de trabajar con mayor impacto y sostenibilidad para la empresa, el equipo y las personas que lo integran es posible.

metodología para trabajo en equipo

 

 

 

 

Filed Under: Reflexiones desde la práctica Tagged With: desarrollo profesional, equipos de alto rendimiento, equipos de innovacion, generar impacto, metodologia, resultados, sostenibilidad, trabajo en equipo

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