Las organizaciones necesitan en estos momentos personas y equipos que, además de presentar altas competencias técnicas, muestren iniciativa y compromiso y líderes a todos los niveles, capaces de conducir esos equipos.
Liderar proyectos, equipos, departamentos o empresas no es fácil. Nuestra forma de ser, estar y actuar puede ser impulso, pero también freno. Los aspectos técnicos y operativos son relevantes, pero no lo son menos aspectos sociales, psicológicos y emocionales que te afectan a ti, a tus colaboradores, al funcionamiento del equipo,...

A veces necesitamos simplemente tomar perspectiva para poder entender y tomar decisiones, otras apoyo para sostener situaciones que nos suponen un reto personal y profesional, otras veces una herramienta, idea o recurso nos ayuda a dar pasos.
Un espacio de confianza (y confidencialidad) donde buscar respuesta a preguntas clave como…
¿Cómo
- lograr que las personas den lo mejor de si mismas?
- crear el contexto adecuado para fomentar la responsabilidad y el compromiso de las personas?
- coordinar el trabajo individual de las diferentes personas para entre todos, lograr objetivos y resultados?
- fomentar una cultura y espíritu de equipo?
- lograr que juntos lleguemos donde individualmente no podríamos llegar?
¿Y cómo facilitaremos el desarrollo del liderazgo y el equipo?
Trabajando individualmente con la persona-líder o trabajando también con su equipo.
- Pero sobre todo, parando, reflexionando, tomando consciencia, ampliando la mirada al aprender a «leer situaciones», al entender algunos comportamientos (propios y ajenos),…
- Tomando decisiones, entrenando, llevando a la práctica planes de acción concretos…

- Creando los contextos de trabajo que facilitan las interacciones eficientes entre las personas y/o departamentos y faciliten, por tanto, el avance hacia la consecución de los objetivos marcados.
- Y todo ello utilizando los muchos retos que el día a día de la empresa, su propio equipo,… nos ofrecen como palanca de desarrollo.
Porque las empresas nos ofrecen múltiples situaciones y contextos que nos retan y nos permiten entrenar y desarrollar nuestras habilidades y competencias.
Porque afrontando los retos reales, importantes, logramos:
*que emerjan capacidades y bloqueos reales: porque no nos interesa teorizar o imaginar cómo actuaríamos… sino ver cómo actuamos, qué aflora, qué recursos tenemos, y qué recursos necesitamos entrenar para afrontar una situación concreta «donde nos jugamos algo»
*un feedback real del entorno y de uno mismo (aquí juegan un importante papel las emociones), porque cada acción genera un impacto en el entorno y en un@ mism@
*ir dando pasos hacia el objetivo definido, y resultados concretos en el camino, porque los planes de acción que habremos definido, las conversaciones que habremos entrenado, las estrategias que habremos diseñado,… serán llevados a la acción… que es la única que nos acerca al futuro deseado
Un viaje de exploración y descubrimiento, de desarrollo, cambio y transformación. Un viaje donde, las personas que lo han transitado, señalan que
más allá del objetivo o resultado final al que han alcanzado, lo más importante ha sido desarrollar la capacidad de aprender a generar nuevas respuestas: han sido capaces de dar soluciones de una manera diferente a la que anteriormente habrían podido dar.

Creamos programas ad-hoc adaptados a las necesidades de la
persona-líder y su equipo.
Estos programas son contratados tanto por las empresas,
como por profesionales que de manera particular
me contactan y buscan trabajar en su propio desarrollo.