Hoy día 11 de Marzo, he desayunado con una trágica noticia, el recuerdo, que me ha sacudido con un escalofrío y una gran desazón, de dos trágicos aniversarios: los atentados de Madrid (fallecieron 192 personas, y 1858 resultaron heridas) y el seísmo y posterior tsunami en Japón (provocaron más de 18.000 muertos y desaparecidos así como el accidente nuclear de la central de Fukushima). Un desayuno complicado de digerir.

- Fatídica fecha, y un antes y un después para todos aquellos que se quedan aquí con el dolor de tener que aprender a seguir viviendo con lo sucedido, con la ausencia de los seres queridos. Y digo aprender a seguir viviendo, porque la pérdida de un ser querido es algo que nunca es superado del todo.
Si bien la particularidad y gravedad de las circunstancias dotan a estos casos de una complejidad tal vez mayor, la verdad es que la mayoría hemos vivido situaciones de pérdida, que nos han cogido más o menos desprevenidos, y que nos han revolcado en un mar de emociones, cual ola «traicionera» en la playa. Un torbellino de emociones que nos sorprenden, nos inundan y que en la mayoría de los casos, no podemos/sabemos gestionar.
Un viaje que se inicia en la ausencia y el dolor y finaliza, en la gratitud de sentir que siempre estarás en mi, y que soy, también, gracias a ti.
How could any of this be better stated? It cont’udl.