En entornos complejos como los que vivimos actualmente, los retos que se nos plantean requiere de la suma de conocimiento, habilidades y competencias múltiples que trabajan en cooperación para idear, desarrollar e implementar estrategias y/o soluciones que nos permitan seguir avanzando.
Por ello, el desarrollo de equipos de verdad (no un grupo) se convierte en elemento clave de competitividad
A través de las sesiones de coaching de equipo, he observado cómo un grupo de personas (más o menos avenido) se convierte realmente en un equipo. Un equipo, donde las personas se apoyan a la par que se retan mutuamente para dar ese plus que ayude a llegar más lejos.
A lo largo del proceso, las personas que conforman el equipo desarrollan relaciones de corresponsabilidad basadas en la interdependencia, y la confianza (entendida ésta como seguridad + sentimiento de potencia). Relaciones efectivas que generan debates ricos donde se buscan nuevas soluciones y/u oportunidades.
El coaching de equipo se puede aplicar tanto en equipos naturales como en equipos creados ad-hoc para un determinado proyecto.
¿Y qué otros efectos se observan en el equipo?
- Mejora considerablemente la comunicación,
- Mayores niveles de confianza y motivación en el equipo
- Desarrollan una visión compartida y una dirección común en la que remar todos juntos
- Aprenden a cooperar desde la diferencia, generando sinergias entre ellos
- Se aprovechan las fortalezas de los miembros y del propio equipo,
- Mejora la forma de solucionar problemas y solventar desavenencias,
- Mejora la eficacia del equipo, tanto de las reuniones como del trabajo no presencial
- y toman decisiones capaces de generar el nivel de compromiso necesario para hacerlas efectivas.
El coaching de equipo es un proceso cuyo objetivo es lograr la autonomía y la autogestión del equipo. A lo largo del proceso, mientras el equipo trabaja en aquello para lo cual fue constituido, se ayuda al equipo a:
- crear una visión compartida, y unas normas y compromisos de funcionamiento
- aumentar sus niveles de autoconocimiento y la capacidad de utilizar los recursos personales, técnicos y de equipo,
- a ser consciente del tipo de dinámicas que se generan entre los miembros y de estos con la tarea,
- a construir sobre las aportaciones de los demás (y no en lugar de),
- promovemos el «y» en lugar del «o» de manera que el equipo aprende a generar nuevas respuestas ante los desafíos, y lograr resultados diferentes.


Creamos programas ad-hoc adaptados
a las necesidades del equipo y la empresa.
Porque cada empresa, equipo, propósito y reto
que tiene el equpo delante, el líder del equipo,…
son siempre distintos y los programas cocreados
son los que ofrecen mejores resultados.