Cierto que no todo depende de la voluntad y la actitud, cierto que el entorno nos afecta, cierto que no depende directamente de nosotros que sucedan o no muchas cosas, que depende de las decisiones de otros,…. ¡cierto! Pero también es cierto que dependen de nosotros muchas más cosas que las que muchas veces queremos reconocer…
- No depende de nosotros el tiempo que hace, si llueve o hace sol… pero sí depende de nosotros dejarnos arrastrar y estar mustios como el día gris, o ¡ponerle al mal tiempo, buena cara!
- No depende de nosotros la decisión final del cliente, pero ¿no somos más receptivos con el que muestra un interés genuino en cuáles son nuestras necesidades reales, «se molesta en escucharnos en lugar de limitarse a publicitar las maravillas de su producto» y muestra agilidad y capacidad de respuesta para solucionarnos nuestros problemas?
- No depende de nosotros que nos ofrezcan ese puesto que tanto ansiamos, pero sí depende de nosotros el demostrar que somos responsables, dignos de confianza, mostrar las habilidades que tenemos y que nos hacen perfectos para el mismo e incluso comunicar a quien proceda que estaríamos interesados en ese puesto. ¿O acaso se lo tienen que imaginar? El que quiere peces…
- No depende de nosotros que nos realicen propuestas de mejora, pero sí podemos crear el entorno que lo facilite. ¿Cómo nos va a venir con ideas si marcamos claramente la diferencia jerárquica, no iniciamos conversaciones o sistemáticamente rechazamos las propuestas que nos han hecho?
- No depende de nosotros que nuestra pareja actúe de determinada manera con nosotros, pero ¿queremos atención cuando estamos de morros, no nos comunicamos salvo para transmitirnos información «cuando nos cruzamos por casa», o no mostramos ningún interés cuando nos habla de sus preocupaciones o su día a día?
¿Todavía piensas que no puedes hacer nada ante la situación que te está tocando vivir? ¿Que tu hoy está tan condicionado por otros, el entorno,… que sólo toca esperar y adaptarse? ¿Sigues confiando en la suerte? Pues la suerte, también se puede (y se debe) construir, favorecer las condiciones (todo lo que está en tus manos) para que lo que deseas pueda llegar a ser realidad.
Depende de ti elegir la actitud con la que te enfrentas y abres al mundo:
- ¿esperas a que las oportunidades te vengan o las creas?
- ante una situación, ¿te focalizas en los problemas o tratas de ver cómo puedes dar la vuelta a la tortilla?
- ¿confías o desconfías en las personas?
- ¿estás dispuesto a dar para recibir o primero necesitas recibir para poder dar algo?
- ¿eres claro con lo que deseas y actúas coherentemente?
- ¿eres capaz de dar un paso adelante o te quedas inmovilizado por los miedos de lo que pudiera pasar?
Es una elección que hacemos, consciente o inconscientemente: nos dejamos arrastrar por lo que nos viene dado (y muchas veces vamos apagando fuegos por la vida), o por el contrario, haciendo a veces un pequeño esfuerzo, elegimos ponernos las pilas y elegir la actitud adecuada a lo que queremos crear. ¿ No te parece que las respuestas que nuestro entorno nos puede devolver pueden ser radicalmente diferentes?
«Sólo el 10% de las veces no tenemos control sobre lo que nos sucede, frente al 90% restante en que nuestra reacción desencadena o condiciona los acontecimientos de nuestra vida, y para ese 90% podemos elegir y practicar la reacción más eficiente.
Respecto a ese 10% sobre lo que no podemos elegir, sí podemos elegir la actitud con que afrontamos la vida»
Elegir la actitud, es la mejor forma de liderar la propia vida y lo que la rodea. Cuando actuamos de manera consciente y responsable sobre lo que hacemos y dejamos de hacer, tomamos las riendas de la situación, y dejamos de vernos como víctimas. Y al dejar de vernos como víctima de las circunstancias, nos convertimos en constructores de nuestra realidad.
Y a veces será mucho lo que podemos hacer, y otras veces en cambio tendremos muy poco margen… pero un primer paso puede ser la antesala de un gran espacio de oportunidades que estarán un poco más cerca de nuestro alcance… Tal vez simplemente resulta que las hojas no nos permitían ver el bosque.
¿Ves el cambio que podría suponer en tu vida? Protagonista o víctima, posibilitar futuros deseados o sufrir el futuro que otros eligen para nosotros. Es nuestra elección, somos nosotros los que nos posicionamos en uno u otro lado. ¿Qué eliges?
Te dejo este vídeo que dura 7 minutos, un fragmento de la película «El Desafío de los Gigantes». ¡Merece la pena!!!!
¿Reflexionamos?
- ¿Qué situación te está costando?
- Si por un momento pensaras que no hay una barrera en la línea de los 50, ¿hasta dónde podrías llegar?
- ¿Cuál es la actitud que te acerca a ese escenario?
- ¿Qué es lo que interfiere entre esa versión de ti mismo y la que hasta ahora has adoptado?
- ¿Cuál es el primer paso que te acercaría a ese estado?
Pues ¡ES TU ELECCIÓN!!!!
[…] sí, hay cosas que no dependen de ti… y no te […]